Con la vida no se juega


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Señores “salubristas” no se puede pasar sobre la Ley sin recibir el castigo merecido. Ustedes podrán ser dueños de todas las razones del mundo para plantear sus demandas salariales, como quejarse por la carencia de insumos en los servicios de salud pero, nada de eso justifica impedir la atención médica-hospitalaria de un ser humano, fuera para detener el proceso de una enfermedad o para recoger los restos del familiar que falleció la noche anterior. Por el amor de Dios ¿qué les está pasando?, ¿tiene tanta importancia la politiquerí­a para haberles sustituido la conciencia y el buen racionamiento?

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


La vida no es juguete. Resulta imperdonable entonces que se hayan prestado a jugar con ella, porque eso y no otra cosa están haciendo. Ya expresé que hasta consiento sus peticiones, protestas, manifiestos y la holgazanerí­a para no cumplir con sus deberes como Dios manda, pero ustedes no deben, ni pueden olvidar que están recibiendo emolumentos gracias a los mismos contribuyentes que están perjudicando. De ellos se obtiene el dinero para remunerarlos periódicamente. Está bien, podrán ser mí­seros sus sueldos y pocas las prestaciones que reciben, pero eso no les da ningún derecho a tirarle por la cara las puertas a los más pobres, a quienes no tienen ninguna responsabilidad ni culpa porque tengamos autoridades irresponsables y pésimos administradores.

    Insisto, ustedes tienen pleno derecho a reclamar, exigir y hasta demandar un trato justo, igualitario y equitativo, como otros servidores públicos lo reciben, pero ¿justificará sus demandas vedarle a una menor de edad recibir su tratamiento de quimioterapia?, ¿será eso humano, digno de un hijo de Dios que todo lo ve? No, por favor, lean este artí­culo y miéntenme toda la parentela si eso les satisface, pero les suplico que recuperen la cordura, que no permitan que la población, sin tener ninguna culpa, siga siendo castigada.

    Las leyes hasta sobran en el paí­s y está visto que a nuestras autoridades les importa un pito cumplirlas, porque si se aplicaran estrictamente hace rato ustedes estarí­an en la cárcel para no pasarse  todo el tiempo armando bochinches, interrumpiendo el tránsito para que la gente trabajadora incumplamos con nuestros deberes. Por eso mismo me dirijo también a usted señor Presidente, a usted señor Ministro de Salud y también a usted señor diputado, funcionario o empleado público ¿qué se les quita emplear 15, 20 o 60 minutos para sentarse a dialogar teniendo en la mano izquierda el corazón y en la otra la Ley, para atender debidamente la solución del “gratuito” desastre de ese vital ministerio desde hace cuatro años cuando asumieron el poder? ¿Y los demás guatemaltecos qué? ¡Bien amolados muchas gracias! Evadiendo bloqueos, quemas de llantas y bochinches todo el tiempo y en todo el paí­s, mientras ustedes se siguen entreteniendo con sus espectáculos y ceremonias de relumbrón, como poner hospitales móviles o con ese mentado cambio de la Rosa de la Paz.