Con hambrinsqui


Cuando el ahora presidente ílvaro Colom hací­a campaña el año pasado, prometí­a 700 mil nuevas plazas de trabajo. Sin embargo, las noticias hoy, seis meses después de que inaugurara su «gobierno solidario», dan cuenta de algo opuesto. 700 mil nuevos pobres, rezaba el titular de un matutino el lunes pasado. Claro que es el resultado de una crisis mundial. Las alzas en el petróleo han hecho que todo se encarezca: todo sube en Guatemala, menos los salarios; todo aumenta en el paí­s, menos los puestos de trabajo; todos padecemos la crisis, menos algunos funcionarios.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es

Pero no, no voy a ser mal pensada. Las cosas no pueden cambiarse de la noche a la mañana, todo iba mal en Guate desde hace mucho, ¿verdad? Entonces, ¿para qué las promesas?, ¿para qué el engaño?, si, es obvio, votos, ganar, ascender al trono, bla bla, bla.

Los cien dí­as pasaron y los resultados prometidos fueron nulos. Digamos que el 15 por ciento del tiempo que ocupará gobernando ha transcurrido y nada. Bueno, eso tampoco es del todo justo: la publicidad gubernamental ha aumentado, es más notoria. La violencia, digan lo que digan, no ha disminuido; todo lo contrario. El Ministerio de Cultura está promoviendo espectáculos circenses, los empresarios opulentos han perdido su egoí­smo y han prestado sus aeronaves para viajes de los miembros del Ejecutivo… y en positivo, algo inteligente fue el cancelar el desfile del Ejército, una celebración absurda? festejar a los depredadores del pueblo.

Hace tan sólo unos dí­as, visitando una comunidad rural del occidente, al ver a las personas caminar, lentamente, tristemente, sin ánimos, recordé un capí­tulo de los Picapiedra, en donde Pedro reemplazaba a un zar que se parecí­a mucho a él y en su discurso ante otros repetí­a: «El pueblinski rinsky se está muriendo de hambrisky». Así­ es, la gente en Guatemala no tiene dinero para comprar comida, no tiene posibilidades de producir alimentos. La gente en el paí­s también se está muriendo de hambre.

O de pronto no, siendo optimista como el vicepresidente, podrí­amos pensar en los buenos propósitos de esta administración, heredados, claro, de las anteriores, que buscan la estética en la población. Es decir, los chapines somos muy panzones y se nos sube el colesterol, así­ que sin pan, sin tortilla, sin frijol, ese ya no será problema.