Con esa mentalidad, difícil encontrar acuerdos


Oscar-Clemente-Marroquin

Ignoro de dónde es el señor Fernando Rodríguez, representante en Guatemala de la firma española que pretende construir la hidroeléctrica en Santa Cruz Barillas, pero me luce que es un perfecto ignorante de lo que es nuestro pueblo y de lo que el agua significa para la cosmovisión de los mayas. A lo mejor no es empleado local, sino un españolete que viene a este pueblo de indios con la mentalidad que trajeron sus antepasados hace más de cinco siglos.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


En una entrevista que hoy publica Prensa Libre, dice que los que se oponen al proyecto “es solo un grupo de criminales”, afirmando que el origen de la protesta está en la “Asamblea Departamental de Huehuetenango (sic), el Consejo de Pueblos de Occidente, el Frente Nacional de Lucha, el Sindicato de Trabajadores de Salud. Tenemos entendido, dijo, que es un conglomerado, con una ideología y visión determinada”.
 
  Lástima que no explica cuál es la ideología y visión determinada, porque si lo hubiera intentado a lo mejor encuentra la explicación para alguna de la oposición. Y con ese tono arrogante del inversionista, no me digan a mí que llegaron a tratar de arreglar las cosas informando con educación y respeto a los pueblos afectados. Babosadas, se nota a la legua que el mandamás de la hidroeléctrica tiene aires de conquistador y que actúa en consecuencia. No se puede alcanzar un acuerdo con los pueblos con base en la imposición y hoy mismo dos columnistas de prensa hacen referencia a una misiva supuestamente enviada por un jefe indio de Estados Unidos al Presidente de ese país a finales del siglo XVIII en la que se aborda el tema de la relación con la naturaleza que tienen los indígenas.
 
  Yo creo que cualquier manipulación para joder a la inversión extranjera por prurito tiene que ser rechazada, pero con igual determinación hay que rechazar el arrogante aire de los inversionistas que vienen como nuevos conquistadores, convencidos de que el que no acepta su punto de vista es un criminal. Y como ya sabemos qué hacen con los criminales, hay que averiguar seriamente qué pasó en Santa Cruz Barillas y me parece injusto que el Estado de Guatemala cargue la mano contra uno de los sectores y sea tan complaciente con el otro que, de manera abierta y confesa, reconoce que ve como criminales a los que se oponen a la construcción de la mina. Así es imposible avanzar en la búsqueda de soluciones.
 
  Bienvenida tiene que ser la inversión extranjera que es respetuosa de nuestras leyes, pero también de nuestras costumbres y tradiciones. La que viene sin esa actitud, ofende a sus interlocutores porque no los entiende y porque cree que su visión, la visión occidental del capitalismo más moderno, es la única que vale y la que se tiene que tomar en cuenta. Los pueblos indígenas tienen siglos de estar luchando por la defensa de sus principios, de los valores que conforman su cosmovisión tan distinta a la que tenemos los ladinos y que muchos conquistadores nunca entendieron y por lo visto ni siquiera la ciencia ha podido convencer a sus descendientes.
 
  El indígena de Guatemala entiende razones y sabe apreciar el desarrollo, pero se preocupa por el equilibrio de la naturaleza. Explicarle eso y darle a conocer las ventajas de proyectos como los hidroeléctricos bien concebidos que toman en cuenta factores ecológicos, es fundamental para asegurar la paz social. Si Otto Pérez hubiera leído la declaración del representante de la hidroeléctrica la semana pasada, seguro que no decreta el estado de Sitio porque salta a la vista que la arrogancia y prepotencia está de ese lado.