Composiciones sinfónicas de Johannes Brahms


celso

Con las nuevas luces del Año Nuevo del Señor de 2014, concluimos con la hermosa y sublime música de Johannes Brahms, que con tanta maestría mueve la paleta de instrumentos con melodías de originalidad poco manejadas en su tiempo. Este artículo es tributo a Casiopea, esposa de lucero, que en su alma de puntillas todo el vibrar sonoro de los mares ancestrales y en sus calles de lirio se desliza mis alas grises.

Celso A. Lara Figueroa
Del Collegium Musicum de Caracas, Venezuela


Concierto para violín, en Re Mayor, Opus 77 (1878)
I.- El ambiente grave de este tiempo se revela inmediatamente, tanto por su melodía, como por su instrumentación; los fagotes, violas, violoncelos atacan el tema principal, que repite el oboe. Sigue un tema secundario en los instrumentos de cuerda, en menor y muy rítmico. Los instrumentos de madera al unísono introducen en un tono elegíaco una melodía que da lugar repetidas veces a las meditaciones más profundas. El segundo tema, una tierna cantinela del solista, subrayada por los pizzicati de los instrumentos de cuerda, proporciona equilibrio al conjunto. Más adelante (leggiero ma expresivo), este tema adquiere un carácter más alegre, al tiempo que sirve de contracanto a la idea elegíaca citada anteriormente. II.- Adagio. El oboe ataca el tema principal. En nuestra opinión, representa la realización de la canción “¡Oh, si yo supiera el camino de retorno, el amado camino que lleva al país de la infancia!” La parte central, en fa sostenido menor (piú largamente), expresión de una inquietud y de un deseo mal definido, abandona esta atmósfera paradisíaca, atmósfera que vuelve en la repetición de la primera parte, a pesar del timbre más profundo de la trompa. III.- Este animado Rondó, “a la manera húngara”, lleva consigo una magnífica coda, formando un final, que, pese a la aceleración del tiempo, se va extinguiendo poco a poco, gracias a los tresillos y al aumento en los valores de las notas. Durante la composición de este concierto, Brahms se hacía aconsejar por su amigo íntimo, el violinista Joseph Joachim en lo referente a todas las cuestiones técnicas. A pesar de la interpretación magistral que este artista hacía del Concierto de Brahms, introduciéndolo a la vez en gran número de ciudades, fue considerado durante mucho tiempo como un “Concierto contra el violín”, sin embargo, consagrado en nuestros días como concierto extraordinario.

Solemne Obertura Académica
El 11 de marzo de 1873, la Facultad de Filosofía de la Universidad de Breslau confirió a Brahms el título de “Doctor honoris causa”. Este acontecimiento fue una gran alegría para el compositor. Un año después compuso su Obertura Académica. El mismo Brahms la definió así: “Una alegre selección de canciones estudiantiles a lo Von Suppé”- Sin embargo, a pesar de que la obra está basada en las melodías del Gaudeamus igitur (antiquísimo himno universitario del siglo XI), y de las canciones “Nosotros habíamos levantado una bella casa”, y del “¿Qué viene de allí arriba?” (añejas canciones estudiantiles de taberna y fondas), esta obertura no es un “popurrí a lo Suppé”, su elaboración es mucho más sinfónica y toda la obra está envuelta en un carácter más serio.

Rapsodia para Contralto, Opus 53 (1869)
Esta composición para contralto, coro de hombres y orquesta, está inspirada en el texto de Goethe: “Viaje invernal por el Harz”. Hay que tomar en cuenta que en 1777, cuando Goethe estuvo en la región del Harz, el ambiente invernal que encontró allí le inspiró una oda sobre el Destino, que a unos da la felicidad y a otros la desgracia. La idea fundamental del poema gira en torno de un joven sabio (Plessing) que, desesperado de la vida, encuentra la tranquilidad gracias a Goethe.