Guatemala es un país geográficamente pequeño, pero de belleza incomparable, de excelente clima, por su altura sobre el nivel del mar, de gente amable y acogedora, heredera de un pasado que en la actualidad es admirado y estudiado por los sabios del mundo debido a ese legado incomparable de nuestros ancestros, los gloriosos Mayas, todo lo cual la hace propicia para acuñar gran fuente de turismo, como se expresa de continuo. También se señala que esa condición no se ha aprovechado para incrementar la industria sin chimeneas, que no obstante deja buenos dividendos al país, y más los tuviera si se le elevara a la categoría de cosmopolita.
Por mucho tiempo se ha mostrado al exterior como un país de indígenas de gran colorido por sus trajes regionales, pero que llevan una cuota de «cosa rara», lo cual daña su identidad. A mí se me ocurre que lo que debiera hacerse es propiciar competencias interdepartamentales en las que cada departamento del interior del país propugnara por ser el mejor al poner a la vista todas sus bellezas para que vengan a disfrutarlas los extranjeros, como se hace en otras partes. Esto generaría ingresos suficientes para su sostenimiento sin recurrir a los porcentajes que les corresponden del Erario Nacional, y a la vez liberarían al Estado de esa obligación.
Tuve la suerte, por mi trabajo periodístico, recorrer los veintidós departamentos y algunos de sus municipios, y quedé extasiado de ver aquello tan espléndido, como se reproduce ahora en la televisión y con asombrosas fotografías en los medios impresos.
En mis tiempos estudiantiles se organizaban competencias deportivas, no fut, y de educación física interescuelas, y cada una trataba de ser la mejor. Años más acá hubo festivales artístico-teatrales con participación de escuelas públicas, de educación media, colegios y grupos de aficionados de toda la República. Esto propició el surgimiento de actores y actrices, así como de escritores de obras teatrales. Comprendo que hacer algo similar conlleva enorme trabajo preparatorio en el que deben estar involucrados Turismo, el Ejecutivo por medio de los Gobernadores Departamentales, Municipalidades, representantes de la sociedad civil de cada lugar, iniciativa privada, Empresas Hoteleras, Promotoras de Turismo, Constructoras de Hoteles, el Congreso de la República para decretar las leyes necesarias, etc., un gran paquete, que se entiende.
También se me ocurre que los candidatos a la Presidencia de la República en sus campañas proselitistas debieran incluir este tema en sus prioridades para hacerlo efectivo al llegar a la codiciada silla, y motivar a los habitantes para encontrar apoyo a la hora de trabajar en ello. Y el candidato perdedor debe también instruir a sus diputados en el Congreso para que desvestidos de una oposición recalcitrante, apoyen la emisión de esas leyes, porque de alguna manera son electos por un departamento.
Todos, todos estamos en la obligación de contribuir a sacar adelante a nuestra amada Guatemala con fe, voluntad y esfuerzo conjunto, y enfocarnos en que se incremente la industria sin chimeneas, que sólo espera un enérgico empujón.