¡Como un ejercicio!


Raymond J. Wennier

¡BASTA, la violencia NO puede dominarnos! El dí­a para homenajear a los maestros es sólo un dí­a en el calendario durante el cual se recuerda su labor de formar a la niñez y a la juventud guatemaltecas. Opino que este homenaje hay que hacerlo en acciones y no en palabras y durante todo el año. En cualquier institución u organización privada o pública, no son éstas las que «hacen y deshacen» para obtener el éxito o no, son las personas dentro de ellas las que son el factor más importante para lograr los objetivos propuestos. Sin embargo, si las personas no tienen una motivación para dar de sí­ ese «poquito más», es muy difí­cil que pongan la «barra» de experiencia personal del alumno cada vez más alta para lograr los objetivos con excelencia. La satisfacción personal de haber hecho más cada año en sus acciones en el aula para también mejorar el aprovechamiento de las potencialidades de sus alumnos, es no sólo motivador para el maestro sino también crea un «circuito autorrenovable» que hace posible mantener esa motivación viva constantemente. Esa motivación en los maestros, es la causa de buenos resultados en el rendimiento de sus alumnos. Sabemos que es el maestro bien formado quien hace la diferencia en los alumnos demostrando haber logrado más conocimientos y la capacidad de aplicarlos en su contexto para satisfacer situaciones nuevas y variadas. No olvidemos que la otra parte de la ecuación de personas en la institución, son los alumnos. Hace dí­as un amigo me preguntó ¿Qué harí­a usted si fuera el Ministro de Educación? Si lo fuera, iniciarí­a con dos premisas: A. Las personas son lo más importante, por ende, dirigirí­a todos los esfuerzos para que maestros y alumnos estén más y mejor preparados en lo personal, cada vez más. B. Sabiendo que nunca habrá suficientes fondos monetarios en el área de educación para satisfacer todas las demandas al mismo tiempo, propondrí­a una serie de prioridades, posibles de cumplir con el concurso de todos los maestros del Mineduc. ¿Cuáles son esas prioridades? 1. Con visión hacia el futuro, enfatizarí­a dos extremos. La educación inicial de todos los niños menores de cuatro años de edad para proveer, con seguridad de lograrlo, una iniciación con igualdad. Los resultados de ese punto son apreciables a largo plazo. El otro extremo, una medida a corto plazo, serí­a mejorar las oportunidades de acceso a los niveles medio y diversificado para que la juventud también tenga una formación equitativa de excelencia para afrontar las exigencias de la sociedad cuando salgan al mundo globalizado. 2. Mejorar la preparación de los maestros «en servicio», todos, no sólo 5,000 por año, y los otros 96.67% ¿qué? Insistir en la preparación de estudiantes de magisterio a nivel universitario. Asegurar que la remuneración de los maestros «en servicio» sea puntual y adecuada para garantizarles su tranquilidad. Los alumnos serán los beneficiarios. 3. La preparación de los maestros tiene que ser constante y eso requiere de acompañamiento, seguimiento eficaz. 4. Reunir a todos los grupos nacionales y extranjeros, ajenos al Mineduc, que invierten dinero en educación, coordinarlos para que sea un esfuerzo que demuestre buen manejo y mayor rendimiento del dinero invertido. Los maestros y los alumnos serán quienes se beneficien. 5. Re-pensar y re-ajustar el currí­culo nacional base, para adecuarlo al siglo XXI, que incluya el uso de la tecnologí­a para dar más oportunidades a las personas en las escuelas, o fuera de ellas, habilidades interpersonales, acceso a la información y conocimiento en el uso de los medios, disciplina personal, responsabilidad y el uso de distintas tecnologí­as especialmente en la parte administrativa que cubren los directores, lo que aumentarí­a y mejorarí­a la comunicación a nivel nacional para que sea inmediata y clara. Además hay que asegurar que los Acuerdos de paz, sean actualizados e implementados respetando el derecho de los pueblos a su propia identidad.

Para lograr las prioridades propuestas, mi administración del Mineduc darí­a información constante a la población guatemalteca, sobre el desarrollo de los programas, las dificultades encontradas, la solución dada a esas dificultades, el dinero invertido, las auditorí­as internas y externas que periódicamente se efectuarí­an para que los alumnos, padres de familia, maestros y población en general, reciban la rendición de cuentas a la que todo funcionario público está sujeto. Los maestros y los alumnos serí­an quienes recibieran el beneficio directo y la población en general estarí­a enterada de cómo se administra el Ministerio y cómo gasta los recursos asignados en beneficio de quienes son la razón de ser de ese ministerio. Todo lo anterior requiere un re-diseño y transformación de la estructura del Mineduc para el siglo XXI. La confusión nunca ha sido buena para una institución y su liderazgo. A eso me comprometerí­a y aquí­ pongo fin al ejercicio.