«El mundo ya está parcelado, y lo que queda de él está siendo dividido, conquistado y colonizado. Pensar en esas estrellas que vemos sobre nuestras cabezas en las noches, esos vastos mundos que nunca alcanzaremos. Si pudiera anexaría los planetas; a menudo pienso en ello. Me pone triste verlos tan claramente y sin embargo tan lejanos.» Cecil Rhodes
La expansión, la interiorización de un supuesto bien común, el dominio, el afán de poder, algunas de las características comunes de los imperios a lo largo de la historia. China, India, Egipto, Grecia, Roma, los Persa, Khan, los Bizantinos, Rusia, el mundo occidental han sido testigos del ascenso a la cúspide y posterior caída de los imperios.
«La conquista si no es universal, no ofrece una seguridad duradera, porque una mayor esfera de poder esta siempre rodeada de una mayor esfera de hostilidad» Edward Gibbon. Sobre esta premisa, habrá que tener en consideración el principio que la propia debilidad del imperio radica en el reconocimiento que se construye un imperio y que la vulnerabilidad surge de la expansión.
Un imperio se construye primordialmente por: acumulación de riqueza, conocimiento, tecnología y autocapacidad de defensa. La decadencia de los imperios demuestra a lo largo de la historia que la «relajación» en el modelo económico, la pérdida de hegemonía militar y la vulnerabilidad pueden ser signos inequívocos de un desplazamiento del poder imperial.
Ahora bien, la contraposición del poder económico y militar a lo largo de la historia demuestra que los imperios necesitan primordialmente de una expansión comercial por un lado y una expansión militar por el otro, este ciclo conocido como ciclo imperial fue una de las características más significativas del imperio romano.
Reconociendo los pasos sobre su andar, las huellas de la historia nos demuestran que el surgimiento y decadencia de los imperios tienden a ser más dilatados en la línea del tiempo, es decir que aunque se pretenda construir y al mismo tiempo detener la caída manejando las variables citadas, elementos externos presionan a favor o en contra, esto dada la interdependencia del mundo globalizado, la aceleración de la comunicación que dinamiza los elementos económicos primordialmente.
Algunos estudiosos coinciden en señalar que los nuevos imperios se construirán difícilmente sobre la base del ciclo económico y militar en forma conjunta, la ascensión de los próximos imperios habrá de fraccionar de alguna forma la capacidad de consumo y compra con la capacidad tecnológica una especie de multibipolarismo que generara un equilibrio. En esto la construcción de alianzas estratégicas juega un rol primordial.
La estabilidad política juega un papel interno importante, la construcción de una estructura interna sólida fundamentada en los principios básicos de libertad son elementos que coadyuvan en el ascenso de nuevos poderes hegemónicos.
Algunas miradas se extienden hacia oriente. Habrá que ser cauteloso y mesurado en el análisis para evitar confundir los signos de aparecimiento o decadencia.