Los precandidatos demócratas a la Casa Blanca, Barack Obama y Hillary Clinton, presentaron este ayer sus recetas económicas para rescatar a Estados Unidos de una recesión anunciada y ayudar a los norteamericanos asediados por la crisis de los préstamos para vivienda.
Los dos aspirantes difieren con matices sobre la poción que administrarán a la economía de la superpotencia si son electos y presentaron un diagnóstico desolador de la gestión del saliente republicano George W. Bush.
«Ahora, casi todos los expertos coinciden en que nuestra economía está en una recesión», dijo Obama en Nueva York, mientras que en Carolina del Norte su rival Clinton advertía sobre la amenaza de «una recesión al estilo japonés» (con inflación elevada).
A pesar de que las últimas cifras oficiales todavía registran un crecimiento mínimo de un 0,6% de la economía para el cuarto trimestre de 2007, los expertos vaticinan que el primero del 2008 será probablemente negativo.
Obama prometió devolver al gobierno un mayor papel regulador como timonel del sistema financiero y propuso un plan de reactivación económica de 30 mil millones de dólares, focalizado en los sectores más vulnerados.
«Es hora de que el gobierno federal renueve el marco regulador de nuestros mercados financieros», dijo Obama en un discurso en la sede de la Cooper Union, donde presentó su plataforma económica.
Obama acusó a Wall Street de haber manipulado los mercados para obtener mayores beneficios a expensas de la consolidación del crecimiento económico.
«El resultado fue un mercado distorsionado que crea burbujas en vez de crecimiento firme y sustentable, un mercado que favoreció a Wall Street sobre el resto de la gente, pero que terminó golpeando a todos», dijo.
Clinton también propuso un plan de reactivación de 30 mil millones de dólares para ayudar a los cerca de 9 millones de víctimas de la crisis de los créditos a la vivienda, algunos de los cuales podrían perder sus casas.
La senadora de Nueva York propuso invertir 2.500 millones de dólares por año durante su gestión para fortalecer la fuerza laboral del país a través de programas de formación. Obama preconizó extender el seguro de paro.
El candidato republicano John McCain criticó el enfoque de sus dos rivales potenciales como una intervención equivocada del Estado en la economía de mercado.
«Lo que no necesitamos son rescates multimillonarios para los grandes bancos y los especuladores, como proponen los senadores Clinton y Obama», dijo McCain en una declaración.
Según el senador de Arizona, «existe una tendencia de los liberales a esperar grandes programas de gobierno sustentados por los contribuyentes que no logran resolver los verdaderos problemas».
Obama acusó a McCain de perpetuar políticas fracasadas y de ser el candidato «de un tercer mandato de George W. Bush». Para Clinton, de una recesión similar a la padecida por Japón no se saldrá con decisiones de la Reserva Federal.
«No creo que podamos superar los problemas que padece nuestra economía solamente mediante políticas monetarias. Los japoneses ya probaron eso una y otra vez», dijo la precandidata en una entrevista con el Wall Street Journal.
La senadora de Nueva York preconiza en cambio recetas más agresivas para atender la crisis, incluyendo por ejemplo la capacidad de comprar créditos para vivienda a los norteamericanos endeudados con préstamos sobrevaluados.
Clinton y Obama se enfrentarán en un duelo crucial en las primarias de Pensilvania el 22 de abril de cara al proceso de nominación del candidato demócrata que disputará a McCain la llave de la Casa Blanca en noviembre.
Barack Obama