Como oí­r llover


Es una lástima que la supuesta influencia que debí­a tener el vicepresidente Rafael Espada como una especie de reserva moral haya sido tan inútil, porque en sus declaraciones de ayer sobre la Ley de Extinción de Dominio se observa que él entiende, como el resto de ciudadanos, que si alguien amasa fortuna más allá de lo que gana legalmente, está robando y por lo tanto se le debiera aplicar alguna sanción. La forma en que el resto de los medios ignoró la declaración de Espada es una patética expresión de que aun cuando habla temas consistentes, es ignorado y seguramente le hubieran puesto más atención a la Miss Guatemala si dice lo mismo que al pobre Vicepresidente de la República.


El tema es que Espada reflejó el sentimiento de la población sobre la Ley de Extinción de Dominio y sobre el papel del oficialismo al torpedearla para evitar que se aplique a los polí­ticos por actos de corrupción. Pero todos sabemos que si el Vicepresidente realmente quisiera hablar con los diputados para exigirles que le expliquen su comportamiento, no le pondrí­an atención porque los diputados saben quién es quién dentro del equipo de gobierno y lo que diga el Vice les sale sobrando. Otro gallo cantarí­a si fuera la esposa del Presidente quien les estuviera reclamando para que informen, digan y hagan, puesto que en ese caso nadie chistarí­a, al menos públicamente, mientras que con el «doctor» todos saben que no hay problema.

Y ayer fue un dí­a iluminado para el Vicepresidente, puesto que también dijo que la transparencia es indispensable para hablar de reforma fiscal. Agregó que los ministerios de Gobernación, Salud, Comunicaciones y Educación son los más difí­ciles de fiscalizar por lo complicado de la burocracia. En verdad, no es la burocracia complicada sino que allí­ es donde está el pisto y por eso cuesta tanto seguirle la huella a los manejos financieros. Se le olvidó, o no quiso mencionar, que tampoco a Defensa se le puede meter el diente de la fiscalización por aquello de los gastos secretos que son la coartada perfecta.

El Vicepresidente contradijo en una cuestión fundamental a Colom, puesto que el Presidente dice que la transparencia es sólo una cantaleta para oponerse a la reforma fiscal. Esa diferencia de criterio es fundamental, pero irrelevante a la luz de las circunstancias por el escaso peso que tienen las opiniones del doctor Espada ya no sólo en el entorno mismo del Gobierno, sino que aun en los medios de comunicación que no le dieron ni una pulgada de espacio para reproducir declaraciones suyas que eran muy importantes para el momento que se vive actualmente en el paí­s. Lástima que cuando se le prende el foco, también lo oigan como oí­r llover.