Cómo mejorar nuestras relaciones interpersonales y obtener una mejor calidad de vida


Nuestras relaciones con otras personas nos proporcionan sentirnos apreciados y reflejados en nuestra propia existencia. Nos brindan afecto, cariño, humor, apoyo, consideración, momentos para compartir en situaciones memorables y también en las difí­ciles de la vida; dándonos así­ un sentido de pertenencia como ser social.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

No todas las relaciones interpersonales son fáciles, esto se debe a situaciones de carácter y/o personalidad, a circunstancias o eventos especiales en la vida y en la sociedad;   considero también que existen ámbitos proclives a que los nexos humanos se tornen laxos y aún indeseables.

La convivencia humana necesita del aprendizaje de destrezas psicológicas y sociales que están basadas en el respeto, la tolerancia mutua en tanto a las diferencias.  Hemos de aprender a comunicarnos de manera clara y directa, sin que esto sea tomado como un acto agresivo, a  esforzarnos por nuestros anhelos y deseos sin que esto implique destrozar al de la par, la negociación ha de ser un talento que ha de propiciarse desde nuestra infancia.

 El fortalecimiento de nuestra autoestima ha de ser una expresión al uní­sono desde nuestras familias, la escuela, el Estado, y nuestro bienestar como fuente generadora del bienestar de otras personas. 

También es importante la fuerza de nuestro sistema de creencias, nuestra espiritualidad y nuestros lineamientos morales o sea los valores contenidos en nuestra cotidianidad.  Pienso que debe existir una coherencia entre el discurso y el accionar; no puede existir un juego de reglas solamente para ser cumplido por las y los otros.

Sentirnos con una buena calidad de vida no sólo implica sentirnos saludables, protegidos, libres, creadores, también significa crear ví­nculos con otras personas.  Y que estos lleguen a ser significativos en nuestras vidas.  Poder amar y ser amado, comprender y ser comprendido, apoyar y ser apoyado, ser significativo y que los otros también nos lo sean, escuchar y ser escuchado, recibir y también poder dar, compartir la vida con los demás y celebrar la misma.

Siendo también necesario aprender a convivir en nuestro espacio vital que nos proporciona un lugar para estar con nosotras y nosotros mismos, para conocernos y  reflexionar, para sentir la soledad como compañera y no como  invasora.

No todo está dicho o escrito sobre nuestras relaciones humanas, lo que considero cierto es que la calidad de las mismas nos ayuda en nuestro diario vivir a enfrentar la cotidianidad  sintiendo acompañamiento, fortaleza y provocando  sensación de bienestar.