Increíble pensar cómo pasa de rápido el tiempo. Se fue el 2012 volando y sin darnos cuenta estamos ya en el 2013.
Estas son buenas fechas para reflexionar de la vida. Es una buena oportunidad para decidir hacia dónde queremos ir y qué cambios queremos hacer en nuestras vidas.
Es una época muy común para que la gente se proponga nuevas metas. Pero me atrevería a decir que muy pocas personas en realidad las logran. ¿Por qué es este el caso?
Arranquemos diciendo que cualquier tipo de cambio es difícil. Somos seres que nos movemos día a día a través de hábitos y éstos son muy difíciles de romper. Debemos crear nuevos hábitos que vayan de la mano de los nuevos objetivos. Para que las nuevas metas se puedan lograr, debemos cambiar nuestro estilo de vida y pocas personas están dispuestas a hacerlo.
Una de las primeras cosas que se debe hacer es ver las cosas con mucha amplitud y darnos cuenta a dónde queremos llegar y por qué. Al ya saber esto es más fácil saber lo que verdaderamente queremos lograr y por qué vale la pena hacer el esfuerzo. Esto también dará mucha motivación. Tomemos en cuenta que entre mayor sea la motivación, mayor es el chance de poder lograr los nuevos objetivos. Como dijo Jim Rohn: “La motivación hace que comiences. Los hábitos te hacen continuar.”
Ya cuando se tenga un destino u objetivo en mente, se debe enumerar detalladamente los cambios críticos a realizar. Se debe ser decisivo, ya que cualquier tipo de duda solo hace que sea más fácil abandonar el objetivo. La mente es traicionera y es capaz de manipular la situación para regresar a sus hábitos viejos en donde se siente cómoda. Al ser decisivos no le estamos dando una oportunidad para que empiece con sus manipulaciones. Se debe crear un plan de ataque lo más detallado posible. Especificando qué se debe hacer y a qué hora. La mayoría de objetivos no se logran por falta de organización y claridad. No es que la persona no quiera cambiar, es que al no saber exactamente qué hacer, recae en el viejo hábito. Para yo lograr muchos de los objetivos en mi juego, enumero detalladamente qué partes del juego debo practicar, de qué manera y por cuánto tiempo. Esto me ha dado muy buenos resultados, ya que mis prácticas tienen más orden y cada día que llego tengo un plan a seguir que me ayuda a lograr mis objetivos.
Otra herramienta muy eficaz para poder lograr un cambio es marcar un sendero. A lo que me refiero es que por ejemplo si se quiere romper un hábito de tomar licor, se marca el sendero al no comprar licor para tener en la casa. Porque si se tiene licor disponible en la casa es más fácil el acceso, por si a la persona le dan ganas de un trago. Si no hay disponible y sigue teniendo las ganas, tendría que agarrar el carro e ir a comprar. Esto ya requiere de un esfuerzo adicional, lo cual disminuye los chances de recaer en el mal hábito. La persona misma se está dando una mano para facilitar el cambio. Otro ejemplo de un hábito que es difícil de romper es levantarse cuando suena el despertador. Muchas personas presionan el botón de snooze en repetidas ocasiones y atrasan más y más la levantada. Se puede ayudar el rompimiento del mal hábito al colocar el despertador del otro lado del cuarto de manera que la persona se tiene que levantar de la cama para apagarlo. Ya al estar de pie es más difícil que la persona regrese a la cama, porque ya está más despierto.
Así que para este nuevo año tracémonos metas que vayan acorde a los objetivos de vida que tenemos. Tracemos un plan detallado para facilitarnos el cambio y hacer que los nuevos hábitos pasen a formar parte de nuestras rutinas diarias. Y recordemos que cambiar viejos hábitos es difícil. Va a requerir de un esfuerzo enorme, mucha perseverancia y una gran motivación. ¡Pero tengo fe en ustedes!
Espero que este año sea uno grandioso para todos y que logren cada una de sus metas y objetivos. ¡Muchos éxitos y bendiciones!