¿Cómo justifican, oligarquí­a y gobierno, el sobreprecio a los medicamentos?


Ya no es sorpresa… ahora es asco lo que provoca el enterarse por casi todos los medios de comunicación del paí­s, de la denuncia pública hecha por la Gremial de Farmacéuticos en relación al sobreprecio de medicamentos e insumos para la salud pública y asistencia social en Guatemala (LA HORA, 10/09/09, pág3).

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

240 MILLONES DE QUETZALES es la cantidad a la que asciende el monto del sobreprecio de los contratos abiertos suscritos por el gobierno, además de cantidades no fijadas en los contratos realizados durante los gobiernos de Portillo, Berger con empresas privadas que las obtuvieron para suplir el pedido de medicamentos hecho. Un medicamento valorado en CATORCE CENTAVOS DE QUETZAL se valoró Y ADJUDICí“ en CATORCE QUETZALES y otra de OCHO CENTAVOS fue adquirida a TRECE QUETZALES CON NOVENTA CENTAVOS.

La anterior conducta fue denunciada a la diputada Nineth Montenegro, quien expresó que fiscalizará dichas contrataciones, asimismo, citará a los representantes de las casas comerciales oferentes. En el aspecto moral, los representantes del Gobierno actual DEBEN dar las explicaciones pertinentes, pues no es posible que tal circunstancia esté ocurriendo de esa forma.

De ser verí­dico lo anterior, serí­a la máxima demostración del poder económico de la oligarquí­a nacional para apropiarse de forma fraudulenta del dinero del pueblo con la aprobación de funcionarios, que en ningún momento han sido autorizados para realizar una estafa de tal naturaleza, por lo que desde ya, el Ministerio Público y la Procuradurí­a General de la Nación, deben tomar el asunto para su investigación.

El afán de enriquecimiento de la oligarquí­a no cesa a través de los años, siempre ha sido la avaricia la manzana que los guí­a por delante en su carrera voraz, sin importarle absolutamente nada, ni cómo, ni dónde, ni para qué; simple y llanamente, es un aprovechamiento inmisericorde con la complicidad de personas que ejercen cargos públicos temporales, a quienes por el momento se les tiene miedo, ya que con el poder que manejan, bien pueden mandar a «ver pasar los aviones» a quien los denuncie o entorpezca en sus planes.

No es hacer una apologí­a del delito, pero también es oportuno señalar la función abyecta que realiza el Ministerio Público en los anuncios radiales relacionados con las frecuencias «piratas» y con lo relativo al delito de «pánico financiero». Pareciera que el Ministerio Público estuviera al servicio de la oligarquí­a; defendiendo derechos exclusivos, ¿por qué no hacen lo mismo con otros delitos como el robo, la estafa, homicidios, asesinatos y otros más?

¿Qué dicen de ello los oligarcas?, llamados, con mucha razón, los verdaderos dueños de Guatemala, quienes siguen teniendo a la población DESDE HACE MíS DE 188 Aí‘OS en la misma condición de pobreza.