A través de distintas noticias de prensa nos hemos enterado, esta semana, de los criterios de gradación que utilizará la Comisión de Postulación integrada para elegir a la nómina de seis candidatos a ocupar el cargo de Fiscal General y Jefe del Ministerio Público.
De conformidad con las referidas noticias, la calificación de los postulantes comprenderá hasta 55 puntos por los méritos profesionales, 35 puntos por los méritos académicos y finalmente 10 puntos por los denominados méritos por proyección humana. Todas las noticias a las que tuve acceso, en mayor o menor medida traían a colación el hecho de que habían sido descalificados los méritos éticos, los cuales, según el medio que se consultase, comprenderían entre otros atributos la propia ética, la honorabilidad, la virtud, la rectitud, la independencia y hasta se mencionó en el diario elPeriódico a la valentía.
No siendo un docto en la materia decidí investigar sobre la raíz de la discusión y encontré la razón de mi confusión. Para ponerlo un poco en el medio de las cientos de definiciones y teorías que al respecto de la ética existen y sobre todo, considerando que en esta explicación se exponía la discusión que se planteaba, deduje que para definir quién tiene o no tiene ética, debía de realizar una valoración moral de lo que Yo como persona consideraba un comportamiento deseable ante determinado acto, realizado por otro y que en base a mi propia moral debía de concluir si lo realizado por el otro era ético o no.
Si es que alguien pudo llegar hasta acá con la idea, diré que simplemente nadie puede calificar universalmente que es ético o no y mucho menos valorarlo asignando una puntuación, pues simplemente lo que es correcto, deseable y en consecuencia ético para mí, puede completamente no serlo para otro.
En consecuencia de lo anterior comprendo y estimo acertada la decisión de la Comisión de Postulación al haber acogido valoraciones objetivas para determinar la puntuación que se debe de asignar a los que se presenten como candidatos a optar al cargo de Fiscal General y Jefe del Ministerio Público.
Entiendo perfectamente que los elementos que a juicio de cualquiera integran la ética, son deseables en los candidatos a este puesto y a todos los demás y que algún común denominador o media debe de existir en cuanto a lo que la mayoría anhelamos como ética de nuestros funcionarios públicos, sin embargo, también entiendo lo peligroso y substancialmente subjetivo que puede convertirse el tratar de asignar criterios de valoración a esos juicios de valor, amparados en la moral individual de los integrantes de la Comisión.
En mi opinión, no es correcto (ético), demeritar a la Comisión de Postulación o poner en tela de duda su decisión en cuanto a los criterios de gradación expuestos y que finalmente quedaron establecidos. Los criterios de gradación que ya quedaron de por sí serán cuestionados, al igual que mi opinión, pues simplemente alguien hará un juicio de valor moral que califique a aquellos o a esta opinión y concluirá que simplemente no es ética.