El alza de la inflación que afecta a todos los países del mundo desde hace unos meses se debe principalmente a los mayores precios de las materias primas, tanto alimenticias como energéticas, acentuada por un fuerte aumento de la demanda de los países emergentes.
Las cotizaciones de los cereales explotan y el petróleo se vende por encima de los 100 dólares el barril, lo cual afecta fuertemente a la mayoría de las economías del planeta y al poder adquisitivo de sus poblaciones.
La gran causante de estas alzas de precios es la demanda creciente de los países emergentes, cuyas economías de fuerte crecimiento necesitan materias primas para alimentar su producción y cuyos trabajadores, cada vez mejor remunerados, aspiran a consumir más.
La oferta mundial, limitada por sus recursos o sus capacidades de producción, no da abasto para satisfacer esta demanda, lo cual genera tensiones en los mercados internacionales y eleva las cotizaciones.
Siguiendo los pasos de las materias primas, la inflación también comienza a batir récords en el mundo, amputando el poder de compra de los hogares.
Las tensiones sobre los precios son particularmente sensibles en los países en desarrollo, donde las familias consagran la mayor parte de sus ingresos a la compra de comida y de combustible.