El Congreso estadounidense celebró ayer la primera audiencia sobre una reforma migratoria, con coincidencias entre los republicanos y la oposición demócrata en que debe contemplarse un camino a la legalización de los inmigrantes sin documentos y que la mano de obra extranjera es necesaria para mantener el crecimiento de la economía.
En la primera audiencia sobre la cuestión migratoria de la nueva legislatura inaugurada en enero bajo control de los Demócratas, y la primera desde el fracaso de las discusiones sobre una reforma el año pasado, la Comisión Judicial del Senado escuchó los testimonios del secretario de Comercio Carlos Gutiérrez y del secretario de Seguridad Interior Michael Chertoff.
Entre los legisladores que integran la Comisión Judicial figura el demócrata Edward Kennedy, coautor con el republicano John McCain el año pasado de un proyecto de reforma amplia que promueve un acceso de los inmigrantes indocumentados a un estatus legal, y que chocó entonces con una propuesta mucho más dura de los republicanos en la Cámara de Representantes.
La propuesta de Kennedy y McCain constituye hasta el momento la base de las discusiones iniciadas este año en un Congreso que ha cambiado de manos.
La ley debería incluir -según Kennedy- «un fuerte programa de verificación de empleos (que asegure la contratación legal de trabajadores), un programa futuro de trabajo que asegure a nuestra economía los nuevos trabajadores que necesita, protegiendo al mismo tiempo a los trabajadores estadounidenses».
Asimismo «necesitamos una vía para reunificar a las familias separadas» por las actuales normas, y «un programa de legalización ganada para trabajadores indocumentados que están ya aquí y están contribuyendo con nuestra sociedad», añadió.
Chertoff presentó la visión oficial de una reforma basada en cinco pilares, en su orden: «Conseguir efectivo control de la frontera; construir un robusto programa interno de cumplimiento de la ley; establecer un Programa de Trabajadores Temporales (que podría laborar en el país por un período limitado de tiempo); sacar de las sombras a los extranjeros ilegales que están ahora en Estados Unidos; y promover la asimilación de los nuevos inmigrantes».
El funcionario se congratuló del nuevo récord de arrestos de infractores de las leyes migratorias, alcanzado por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en 2006.
Muchos de esos arrestos se produjeron durante redadas en lugares y momentos en que personas sin documentos estaban trabajando, y han desatado un fuerte rechazo entre los grupos de defensa de inmigrantes, en particular hispanos, sector al que pertenecen la mayoría de los 12 millones de ilegales que se estima residen en el país.
Por su parte Gutiérrez, nacido en Cuba, «en nombre del presidente» George W. Bush se pronunció por una iniciativa «bipartidista» que reforme las leyes migratorias y establezca un programa de trabajadores temporales sin una «amnistía», entendida como un «perdón incondicional» a quienes infringieron las leyes para introducirse y vivir ilegalmente en Estados Unidos.
Gutiérrez reconoció asimismo que la mano de obra extranjera es necesaria para «mantener a la economía creciendo».
La audiencia se celebró al tiempo de un acto de protesta de la organización FIRM, constituida por varios grupos de defensa de inmigrantes, que luciendo camisas azules con la inscripción «El momento es ahora. Aprueben una reforma migratoria amplia», desfilaron por la parte posterior de la sala representando a los trabajadores deportados luego de ser capturados por las autoridades migratorias, según explicaron.
«Estamos cansados de esperar por soluciones, necesitamos las soluciones ahora» y «un cese de lo que son las redadas», dijo Cherryl Aguilar, portavoz de FIRM.
«Todo el mundo se da cuenta de que tenemos una oportunidad para una reforma migratoria, (oportunidad) que no durará mucho tiempo», había dicho el martes McCain.
El proyecto de reforma Kennedy-McCain no pudo ser conciliado el año pasado con uno mucho más duro aprobado por los representantes de la Cámara en un Congreso dominado por los republicanos, y la reforma fracasó.