Comercio de alimentos enfrenta a Centroamérica


í“scar Arias, presidente de Costa Rica, ofrece su discurso durante la Cumbre en Nicaragua.

Las diferencias entre los que abogan por liberar totalmente el comercio de alimentos y los partidarios de la intervención del Estado en el control del mercado como mecanismo para frenar la especulación afloraron en la cumbre sobre seguridad alimentaria en Nicaragua.


í“scar Arias, presidente de Costa Rica, ofrece su discurso durante la Cumbre en Nicaragua.

Los conceptos de «precio justo» o «comercio justo», que como estribillo pregona el presidente nicaragí¼ense Daniel Ortega en consonancia con su par venezolano Hugo Chávez, como anatema al «sacrosanto mercado libre» alborotó a algunos vecinos de Centroamérica, como Costa Rica y El Salvador, que no quieren oí­r de control estatal del mercado.

Para Ortega, «los alimentos básicos no pueden quedar en manos del libre mercado» como si se tratara de artí­culos de lujo, y aboga por su regulación desde el Estado para evitar a los intermediarios y la especulación, que encarecen el precio final y lo hacen inalcanzable para los más pobres, más de la mitad de la población del paí­s.

Incluso llegó a proponer a su homólogo salvadoreño Antonio Saca, que las exportaciones de frijol, un alimento básico del que Nicaragua es un gran productor, se hicieran de Estado a Estado para evitar la cadena de intermediarios.

Ortega no estuvo solo con esta posición en la cumbre sobre seguridad alimentaria celebrada el miércoles en Managua. Sus pares ecuatoriano, Rafael Correa, y boliviano, Evo Morales, también abogaron por el control de los mercados.

«Son las sociedades, nosotros los pueblos los que tenemos que dominar, regular, controlar y dirigir esos mercados para alcanzar los objetivos socialmente deseables; en este caso la seguridad alimentaria», dijo Correa.

La nota discordante la puso el presidente costarricense, Oscar Arias, quien se negó a firmar la declaración conjunta, colofón de esta reunión en la que participaron 17 paí­ses de la región.

Arias, cuyas escasas simpatí­as por Hugo Chávez son manifiestas y con una relación compleja con Daniel Ortega, justificó su posición por las «serias discrepancias conceptuales y juicios de valores que yo no comparto (…) como criticar el libre mercado».

«Costa Rica cree en el libre comercio» y está interesado en abrirse nuevos mercados como China, la Unión Europea e India, alegó Arias ante un Ortega sorprendido, que intentaba por todos los medios evitar una fractura en el foro regional.

Arias manifestó que los paí­ses miembros de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba) que impulsa Chávez y que tiene como miembros además de Venezuela, a Bolivia, Cuba, Nicaragua y Dominica, «no creen en el libre comercio».

El Salvador también se desmarcó. La canciller Marisol Argueta, que representó al presidente Antonio Saca -quien excusó su ausencia por razones de salud- tampocó firmó la declaración.

«Nosotros reconocemos en el libre comercio un principio fundamental», aunque aclaró que comparte con los demás paí­ses la preocupación por la seguridad alimentaria.

Antes de la cumbre alimentaria de Managua, el ministro de Agricultura de El Salvador, Mario Salaverrí­a, y presidente temporal del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC) habí­a rechazado cualquier intervención del Estado en el comercio de los alimentos.

«El mejor incentivo que puede tener un productor es la libertad de vender a quien le pague mejor y respetar el comercio regional», zanjó.

«Son las sociedades, nosotros los pueblos los que tenemos que dominar, regular, controlar y dirigir esos mercados para alcanzar los objetivos socialmente deseables; en este caso la seguridad alimentaria.»

Rafael Correa

presidente de Ecuador