COMENTARIOS SOBRE LA OBRA DE PIERO GLEIJESES «LA ESPERANZA ROTA»


Sin lugar a dudas uno de los libros más brillantes, objetivos y destacados que tratan sobre la Revolución de octubre de 1944 hasta 1954, fecha en que se produjo la invasión extranjera que dio el golpe de Estado a Jacobo írbenz Guzmán, es la “Esperanza Rota” de Piero Gleijeses. Su antecesor, Juan José Arévalo, no sólo sentó las bases de un gobierno revolucionario, haciendo realidad los postulados de la Constitución de 1945, creando las instituciones democráticas que hicieron de Guatemala, un paí­s en pos del desarrollo y progreso, sino que le imprimió su propia filosofí­a polí­tica que denominó el socialismo espiritual que tení­a como eje el respeto a la dignidad humana.

Arturo Martí­nez Gálvez Cédula: A-1, 185339.

 


Pero le dejó al segundo gobierno de la Revolución presidido por Jacobo írbenz Guzmán la ingente como delicada tarea de crear, organizar y desarrollar los cuatro pilares fundamentales para una Guatemala democrática, próspera, soberana e independiente: la Carretera al Atlántico para quitarle el monopolio a la International Railways Central America (IRCA); un sistema hidroeléctrico para quitarle el monopolio a la Electric Bond & Share Company; un puerto con salida hacia el Atlántico y, acaso lo más importante, una reforma agraria que le quitarí­a el monopolio a la United Fruit Company –UFCO–, dueña de grandes extensiones de tierra que en gran parte no estaban cultivadas, como también a un puchito de terratenientes, pero con gran poder económico.
Por todas estas grandes innovaciones que afectaban los intereses de los Estados Unidos de América y particularmente los de los hermanos Allen y John Foster Dulles, Director de la CIA y Secretario de Estado, respectivamente, y, además, accionistas de la UFCO, se le tildó al gobierno de írbenz de comunista, lo que dio lugar a que se pusiera en práctica el plan PBSUCCESS, a cuyo cargo estaba el embajador de dicho paí­s, John Peurifoy. En marzo de 1954, en Caracas, Venezuela, se celebró la X Conferencia Interamericana e invocando el Tratado de Rí­o, Foster Dulles logró su cometido: la suscripción del acta de defunción del Gobierno Revolucionario de írbenz, que fue el fundamento “legal” internacional para que se produjera la invasión norteamericana sin rubor ni tapujos, con la colaboración del “pundonoroso” Ejército Nacional. Terminaba así­, abruptamente, el perí­odo de la primavera de la democracia, o bien como dice Piero Gleijeses: “Habí­a concluido abruptamente la primavera en el paí­s de la eterna tiraní­a”.
A la fecha, Guatemala sigue como cuando se derrocó el gobierno de írbenz en el año de 1954 o mejor dicho peor. Desde entonces Guatemala no ha vivido en democracia.