Combustibles, ¿misterioso negocio?


Todaví­a suena en mis oí­dos la consigna de la campaña publicitaria de la GANA apoyando a su candidato presidencial: CON LA GANA, GANAMOS TODOS. El guatemalteco ingenuo, que creo que alcanza el 80% de la población, creyó que en esto de «ganamos todos» lo habí­an incluido a él. No, los incluidos eran «los empresarios de éxito», amigos, amigos de los amigos y familiares del futuro presidente. Esto viene al caso porque los tres años de gobierno de la GANA han sido una verdadera desilusión para todos los guatemaltecos.

Edgar Juárez

Veamos una, de las mil y una desilusiones. Del año dos mil cinco para acá, los precios de las gasolinas y gas propano han venido en un inflacionario aumento. Recordemos que cuando el barril de petróleo a nivel mundial alcanzó un precio de 80 dólares estadounidenses, el precio de la gasolina súper en el área metropolitana alcanzó los Q 26.00 por galón. Este precio se mantuvo durante mucho tiempo, alcanzando en algunos de los departamentos precios entre Q 29 y Q30. Luego aproximadamente al mes de haber bajado los precios internacionales del petróleo nos bajaron el galón de gasolina súper a Q 22.99, precio que se ha mantenido entre cinco y seis meses.

Hace aproximadamente dos meses los precios del petróleo han estado bajando, de tal suerte que en el momento que escribo esta nota (11 de enero de 2007) el valor es de 51.88 dólares el barril. Sin embargo, para nuestro querido gobierno, a través de sus ministerios de Energí­a y Minas, el Ministerio de Economí­a y su elefante blanco la DIACO, los precios del petróleo no han sufrido ninguna baja. ¿A quién beneficia esta tendencia a mantener los precios antiguos? Pues por supuesto al Gobierno, importadores y distribuidores de combustibles. ¿Y los consumidores?… ¡Muy bien, gracias! Es importante anotar que al precio de 51.88 dólares el barril de petróleo, el galón de gasolina súper debiera de tener un valor de Q 16.86 quetzales. Es decir, estamos pagando un sobreprecio de Q 6.13 por galón. En el caso del gas propano, cuando el barril de petróleo llegó a los 80 dólares, el tambo de 25 libras, el de mayor consumo, subió a Q100.00. Ahora que el barril de petróleo ha bajado a 51.88 dólares este tambo de 25 libras debiera de tener un valor de Q64.85. En este caso estamos pagando un sobreprecio de Q35.15 en el tambo de 25 libras de gas propano.

Lo interesante de este caso es que ni los diputados, el señor Procurador de los Derechos Humanos, y por supuesto ni la DIACO han dicho: ESTA BOCA ES MíA. Los señores distribuidores siempre nos dicen la necia cantaleta: Es que tenemos reservas con los antiguos precios. Sin embargo de todos es conocido el hecho que cuando los precios del petróleo, y por supuesto de los combustibles, bajan, los señores distribuidores tardan semanas en aplicarlo a las gasolinas que expenden. Por el contrario, cuando el precio sube, al siguiente dí­a tenemos el alza en los combustibles sin importar las reservas con precios bajos. ¿Que tal? ¿Y quien controla esto? Pues nuestra eficiente DIACO.

Aguante con más. El dí­a 8 de enero del 2007 (ya que habí­amos entregado nuestra planilla del IVA) la SAT publicó un aviso en prensa donde indicaba Cí“MO OPERAR LAS FACTURAS POR COMBUSTIBLES EN LA PLANILLA DE CRí‰DITO POR IVA. Allí­ se informa de un famoso Impuesto a la Distribución de Combustibles (IDP), que como su nombre lo indica es un «Impuesto a la Distribución» y como tal, debiera ser pagado por los distribuidores de combustibles. Sin embargo, en la Guatemala de Ripley, este impuesto que debiera ser pagado por los dueños de las gasolineras, nos lo cobran a los consumidores y, encima de ello, no lo podemos descontar del ISR, vea usted que zanganada. De tal manera que por la gasolina superior usted paga Q 4.70 y por la regular Q 4.60 por galón, de este bendito impuesto, además del IVA, lo que según los leguleyos, viene a ser una doble tributación.

Pero en este bendito pueblo de ignorantes, analfabetas y agachados, nadie dice nada. Los únicos que en una actitud tí­mida protestaron por la no efectiva baja en las gasolinas fueron los empresarios del transporte extraurbano asociados. Como reacción a esto, el Ministro de Energí­a y Minas dijo en una entrevista de prensa que las gasolinas bajarí­an, lo malo es que no dijo cuándo.

Pero váyase todaví­a más de espaldas, mientras que usted y yo pagamos Q 4.70 y Q4.60 por nuestras gasolinas, por el Impuesto de Distribución de Combustibles, los señores que tienen aviones privados y aviones con motores a reacción, que no le dé un infarto del susto, únicamente pagan cincuenta centavos de impuesto por galón de gasolina consumido. Estamos jodidos ¿no? ¿Y toda la clase media y la pobreza y extrema pobreza?… ¡MUY BIEN, GRACIAS! Pero como decí­a aqueche «En Guatemala, ganamos todos».