Nueve personas, entre ellas un niño de 10 años, murieron en los violentos enfrentamientos entre sunitas y alauitas ocurridos desde ayer en la ciudad portuaria de Trípoli (norte), indicó un responsable de los servicios de seguridad.
El ejército inició su despliegue en las zonas donde persisten los combates y los refuerzos enviados a Trípoli empezaron a tomar posición, agregó el responsable.
Los militares recibieron la orden de responder a los disparos y decenas de blindados y tanques livianos entraron en una calle situada entre los barrios sunitas de Bab al-Tebbaneh y alauita –rama del chiísmo– de Jabal Mohsen, donde suceden los tiroteos, según la misma fuente.
Disparos esporádicos seguían escuchándose pese a la llegada del ejército y una calma precaria reinaba hoy por la mañana.
Un hombre murió y otro sucumbió hoy a sus heridas, aumentando a nueve el balance de los actos de violencia entre combatientes de ambas comunidades, precisó el responsable que pidió el anonimato.
Entre los muertos figura un niño de 10 años, que fue herido en la cabeza, y dos mujeres. Unas cincuenta personas resultaron también heridas.
El ministro del Interior, Ziad Barud, y el director general de las Fuerzas de Seguridad Interior(FSI), coronel Achraf Rifi, se trasladaron a Trípoli para analizar sobre el terreno la situación y buscar una solución al conflicto.
Los combates se intensificaron pese al cese del fuego anunciado ayer.
Los enfrentamientos entre ambas comunidades comenzaron a fines de junio y causaron desde entonces 14 muertos y cien heridos en Trípoli.
La situación se había calmado tras la formación de un gobierno de unión nacional, en el que la oposición conducida por el Hezbolá libanés y apoyada por Siria e Irán, obtuvo una minoría de bloqueo.
Los nuevos combates ocurren mientras el gobierno prepara su próxima declaración de política general y mientras las discusiones siguen bloqueadas en torno al tema de las armas del Hezbolá.
La «Declaración gubernamental» debe trazar las grandes líneas de la política del gabinete y será adoptada por votación del parlamento.
El antagonismo entre ambas comunidades en Trípoli se remonta a la época de la guerra civil (1975-1990), en la que el barrio Bab al-Tebbaneh se convirtió en refugio para los habitantes de la ciudad siria de Homa, arrasada en 1982 por el régimen del ex presidente Hafez al-Assad tras una insurrección islamista.
El barrio también fue leal al líder palestino Yasser Arafat, gran rival del dirigente sirio en Líbano.
En 1986, las fuerzas sirias, que ocupaban Líbano, penetraron a Bab al-Tebbaneh y mataron a 300 personas con ayuda de los alauitas de Trípoli.