«Coma fruta, aliméntese bien»


De continuo en la prensa gráfica se aconseja a los lectores que «coman frutas y se alimenten bien» eso en aras de mantener una vida saludable, pues tanto frutas como verduras y legumbres contienen todos los nutrientes para que el organismo funcione a la perfección. Pero resulta que ese sistema alimenticio tiene un costo que escapa a hogares que se truenan los dedos para obtener algo para adquirir lo de la canasta básica que aumenta dí­a a dí­a.

José Antonio Garcí­a Urrea

A este aumento contribuyen los fenómenos naturales como la recién pasada Agatha, que en dos dí­as afectó a nivel nacional los cultivos esenciales; así­ se suman también las fluctuaciones de los precios al alza de los combustibles, las ganancias de los intermediarios motivada por el transporte desde los centros de producción hacia los de acopio y venta, y desde luego, la ganancia que ha de obtener el vendedor final.

La recién encuesta realizada al respecto sobre la capacidad económica de núcleos de guatemaltecos efectuada por médicos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, es más que elocuente, y muestra las regiones del paí­s en donde es más severa la situación alimenticia, sin contar con las regiones perdidas en la montaña en donde sus habitantes están totalmente incomunicados, pues nos hay medios de transportarse hacia el exterior, y a esto se agrega que no hablan «la castilla», y que rara es la vez que ven otra clase de gentes, por lo que huyen cuando alguien se acerca a su entorno.

Por otra parte, está el otro grupo que antaño se denominaba la «clase media», que desapareció, y sin embargo trata de mantener su estatus de dignidad pese a sus limitaciones económicas. Esta persona alquila una casa, no muy grande, pero que ofrezca un mí­nimo de comodidades así­: dos dormitorios, sala, cocina y comedor en el mismo espacio; baño con ducha para agua caliente, el techo en buen estado lo mismo que todos sus servicios, sus pagos mensuales son: corriente eléctrica, agua, teléfono, gas licuado, extracción de basura. La canastica básica, rabona; faltan medicinas para la familia, calzado, vestuario, cero diversiones, y ningún remanente para una emergencia, pues su salario es casi para un soltero que lo sostienen sus padres, y dando gracias de contar por lo menos con eso, pero con la angustia permanente de si algún dí­a harán recorte en su empresa y se quede en las cuatro esquinas. Este personaje ve con ojos melancólicos esa recomendación de: «coma fruta aliméntese bien».

La situación de pobreza y pobreza extrema no es exclusiva de nuestro paí­s, lo cual no es un consuelo. Ya la habí­a cuando en todo el territorio nacional apenas alcanzábamos los tres millones y medio de habitantes, ahora ya casi vamos llegando a los doce, pero lo que sucede, ya se ha señalado, es que ninguno de los gobiernos que han precedido ha tomado una acción para estar de cuerdo con ese crecimiento, sus acciones se concretan especialmente en la ciudad capital en donde igualmente hay carencia de voluntad polí­tica para encarar el problema. Estamos pues en que eso de: «coma fruta, aliméntese bien», tiene un mensaje positivo y necesario, pero en tanto la situación económica familiar esté a la baja, esa recomendación cae en el vací­o.