La embajadora de Colombia en Estados Unidos, Carolina Barco, aseguró hoy que el Ejecutivo reforzará su ofensiva diplomática para mantener la credibilidad de la administración del presidente ílvaro Uribe en el país norteamericano y lograr que el TLC firmado con Washington sea aprobado.
«Estaremos muy atentos aclarando y explicando cómo estamos afrontando el tema del paramilitarismo, qué es lo que estamos encontrando y cómo estamos actuando. Tenemos que mantener la credibilidad en el país», declaró Barco en entrevista con Radio Caracol.
La funcionaria manifestó que además de la visita que realizará a partir de hoy a Washington el vicepresidente colombiano Francisco Santos, a quien la semana anterior el otrora máximo líder de los paramilitares, Salvatore Mancuso, acusó de haberle pedido ayuda para crear un escuadrón de ultraderecha en Bogotá, viajarán esta semana a ese país funcionarios del gobierno y senadores.
«También viene esta semana el director del DAS (servicio secreto), Andrés Peñate, el consejero presidencial para la reinserción de ex combatientes a la vida civil, Frank Peral, cada uno se va a reunir con un grupo distinto, para aclarar la situación que vive Colombia», agregó.
Barco indicó que el Ejecutivo dará la cara ante todos los señalamientos que se le realicen en su contra por presuntos nexos con paramilitares y mostrar lo que está haciendo la nación sudamericana para mejorar la seguridad de los trabajadores y sindicalistas.
«Hemos visto un compromiso que nos alienta, que es el hecho que se hubiera sentado el congresista estadounidense Charles Rangel con nuestra administración para tratar de buscar unos términos que el permitan tanto a demócratas como a republicanos votar el Tratado de Libre Comercio (TLC)», agregó.
El mandatario colombiano estará en Estados Unidos el próximo 7 de junio para continuar con su «ofensiva» con los integrantes del partido Demócrata, que han cuestionado el escándalo de la «parapolítica» y los asesinatos a sindicalistas por parte de paramilitares.
Uribe atraviesa uno de los peores momentos en sus cinco años como presidente de Colombia por las investigaciones que se realizan a congresistas, ex legisladores y líderes políticos adeptos a su administración por sus presuntos vínculos con paramilitares.
El escándalo de la «parapolítica» se agudizó la semana anterior con las imputaciones que realizó Mancuso en contra del vicepresidente y el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, a quien señaló de haberle pedido ayuda para derrocar al ex presidente Ernesto Samper (1994-1998).
Las acusaciones, aún no comprobadas, mantienen en vilo la ratificación en el Congreso de Estados Unidos del TLC pactado en noviembre con Washington y la continuidad de la ayuda que esta nación le otorga a Bogotá para la ejecución del Plan Colombia (ofensiva antidrogas y contrainsurgente).
Pese a que el presidente George W. Bush ha dado su respaldo a Uribe, el Partido Demócrata estadounidense ha manifestado inquietudes por el manejo que el gobierno colombiano ha dado a la protección a los sindicalistas y el escándalo de los nexos entre políticos y paramilitares, por el cual han sido detenidos 13 congresistas.
Estados Unidos le exigió en tanto a Colombia que los crímenes que estén impunes sean investigados y que los responsables sean juzgados, especialmente en el caso de líderes sindicalistas asesinados presuntamente por paramilitares.