Colombia entró en la recta final de las elecciones presidenciales del 25 de mayo en medio de un ambiente caldeado por acusaciones de «guerra sucia» entre el presidente Juan Manuel Santos, que busca ser reelegido, y su antecesor, Álvaro Uribe, el principal jefe de la oposición.
La rivalidad entre ambos personajes completa casi cuatro años y ha crecido a niveles insospechados en los últimos días durante la campaña electoral con un tema que marca diferencias fundamentales entre dos visiones políticas: la paz.
Santos, un centroderechista obsesionado con acabar con el conflicto armado que azota a su país desde hace cinco décadas, entabló en 2012 negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC, lo que terminó por completo su vieja amistad con Uribe, principal referente de una derecha radical que solo considera la vía militar.
El jefe de Estado, que incluso cataloga a sectores del «uribismo» como neofascistas, asegura que los colombianos deben escoger en las elecciones «entre la guerra y la paz», en alusión a sus propuestas y las de Óscar Iván Zuluaga, candidato del partido Centro Democrático de Uribe.
La controversia subió de tono a comienzos de esta semana, cuando la Fiscalía General reveló que había descubierto un complot para hacer fracasar el proceso de paz por parte de una red de espionaje que logró penetrar cuentas de correo electrónico estrechamente vinculadas a las negociaciones.
El presunto autor de las interceptaciones, Andrés Sepúlveda, resultó ser un miembro del equipo de redes sociales de la campaña de Zuluaga, lo que de inmediato dio argumentos a la coalición de gobierno Unidad Nacional para lanzar acusaciones contra los «uribistas».
El escándalo le costó el puesto al coordinador de la campaña de Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos, tras revelarse que el mes pasado visitó junto con el hácker un canal de televisión en busca de que se publicara información que comprometía a la campaña de Santos con un supuesto apoyo de las FARC para su reelección.
En medio de pedidos de renuncia a Zuluaga y de solicitudes para que la Fiscalía lo investigue por la actuación del hácker, que está detenido, Uribe salió en defensa de su candidato y acusó a Santos de haber recibido dinero de narcotraficantes en la campaña electoral de 2010.
Según el ex mandatario, dos millones de dólares fueron entregados a la campaña «santista» por el publicista venezolano Juan José Rendón, a quien acusó de recibir en total 12 millones de dólares para impulsar ante el gobierno un acuerdo de los mafiosos con la Justicia, que al final no se cristalizó.
Pero la denuncia tuvo un «efecto boomerang», pues varios políticos le recordaron que en 2010 Santos aún era considerado como el «delfín» de Uribe. El ex presidente fue el principal promotor de la anterior campaña de Santos, a quien luego calificó de «traidor» por distanciarse de la extrema radical.
Así, la denuncia del ex mandatario, que pudo haber sido hecha hace mucho tiempo pero se conoció pocos días antes de las elecciones, es considerada por los directivos de la campaña para la reelección de Santos como una «venganza» por el descubrimiento del espionaje. El caso pasó a los estrados judiciales con una demanda contra Uribe.
De acuerdo con todas las encuestas de las últimas semanas, lo más probable es que ninguno de los candidatos gane la presidencia el 25 de mayo, por lo que será necesaria una segunda vuelta, prevista para el 15 de junio, que enfrentaría a Santos con Zuluaga o con el abanderado de la independiente Alianza Verde, Enrique Peñalosa.
Este último aprovechó la situación y cambió con rapidez su estrategia publicitaria para mostrarse como un candidato ajeno a los ataques verbales y que considera que las habituales peleas entre Santos y Uribe no le hacen bien al país.
«Ya llevamos cuatro años de pelea. En este país donde queremos hacer la paz, pero donde tenemos tantos conflictos, donde las pandillas se enfrentan en los barrios, donde hay barras bravas de fútbol, los líderes debemos dar ejemplo», dijo el ex alcalde de Bogotá.
El hombre señalado de haber espiado el correo electrónico del presidente Juan Manuel Santos fue enviado el miércoles a la cárcel luego de que un juez lo consideró un peligro para la sociedad, informó la Fiscalía General.
Según la oficina de prensa del ente investigador, se dictó prisión preventiva a Andrés Fernando Sepúlveda por su presunta responsabilidad en tres delitos relacionados con espionaje.
Apenas terminó la diligencia en el complejo judicial de Paloquemao, en el centro-oeste de esta capital, Sepúlveda fue trasladado por razones de seguridad a la sede principal de la Fiscalía, explicó por teléfono a The Associated Press el jurista Luis Bernardo Alzate, abogado del presunto espía.
Si bien Sepúlveda no aceptó cargos durante la diligencia judicial, que fue a puerta cerrada por orden del juez de la causa, el fiscal general Eduardo Montealegre ha dicho que el ahora capturado quiere colaborar con la justicia.
La medida en contra de Sepúlveda fue apelada ante un juez de segunda instancia, observó Alzate. «En este momento no hay aceptación de cargos, no hay preacuerdo (con la Fiscalía) de absolutamente nada».
Según el fiscal general, Sepúlveda no sólo espiaba al jefe de Estado sino también a delegados de las FARC en el proceso de paz que desde fines de 2012 adelantan en Cuba el gobierno y ese grupo guerrillero.
Sepúlveda fue arrestado el martes en un lujoso edificio del norte bogotano desde donde al parecer realizaba las labores de espionaje, según la denuncia de la Fiscalía General.
El detenido y personas cercanas a él realizaban trabajos en redes sociales para la campaña del aspirante a la presidencia, el opositor Oscar Iván Zuluaga, quien deslindó cualquier responsabilidad de su comando electoral en las actividades que se le imputan a Sepúlveda.
«(Ante) cualquier actividad ilícita que ellos estén desarrollando… tiene que caerle todo el peso de la ley», indicó el candidato del partido Centro Democrático.
El canal de televisión, RCN aseguró en su edición del mediodía que el 8 de abril pasado uno de los hombres más cercanos a Zuluaga, el excongresista Luis Alfonso Hoyos, fue hasta su sede en compañía de Sepúlveda para ofrecerles información relacionada con la guerrilla de las FARC y los próximos comicios presidenciales.