El jueves 25 de octubre del año 2007, Prensa Libre publicó la crónica del foro organizado por la Asociación de Gerentes, Emisoras Unidas, Guatevisión y la misma Prensa Libre, al que no asistió el candidato Otto Pérez Molina del PP y sí lo hizo el candidato de la UNE, ílvaro Colom. En ese encuentro, según la nota periodística, el hoy Presidente de Guatemala dijo que él no hacía promesas sino asumía compromisos y en materia fiscal y de recursos del Estado, dijo que su agrupación política contaba con una propuesta detallada de presupuesto para el año 2008 que permitiría cumplir con los compromisos adquiridos durante la campaña.
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Dice la crónica que Colom «descartó que, si gana las elecciones, se creen nuevos impuestos.» A continuación cita textualmente una frase expresada por el candidato de la UNE respecto a si eran suficientes los recursos disponibles y cómo pensaba utilizarlos. Al respecto Colom dijo en el foro: «Dinero hay, lo que pasa es que nunca ha habido un presidente con un plan claro para aprovecharlo. Yo pretendo ser el primero; desde el primer día llegaré a decir a los ministros qué deben hacer.»
Por alguna razón, leyendo esa crónica, uno recuerda aquella entrevista de Portillo cuando dijo que para ganar la elección había que mentir porque los políticos eran vendedores de esperanzas. Y obviamente Colom estaba mintiendo cuando habló de esa forma en el foro porque los hechos hoy lo demuestran de manera fehaciente y señalarlo es simplemente una forma de obligar a los políticos a rendir cuentas porque no puede ser que nos sigan tratando como babosos que damos cada cuatro años un cheque en blanco.
Colom no tenía ni idea de la cuestión fiscal y estaba aferrado a la idea de que con mejorar la calidad del gasto era suficiente para disponer de recursos para atender las demandas sociales. Cuando dijo eso en ese foro de la Asociación de Gerentes pensé que era un gesto demagógico porque ningún país puede salir adelante con una tasa tan baja de tributación, sobre todo tomando en cuenta el enorme rezago de la falta de inversión social que históricamente se ha dado en el país. Pero, evidentemente, era cuestión de ganar votos y por eso afirmó tajantemente que dinero había suficiente.
Pero aun y si así fuera, en materia de calidad del gasto no se ha hecho absolutamente nada y eso de que iba a llegar a dar órdenes desde el primer día a sus ministros fue pura paja. Para empezar ni siquiera tenía ministros y tuvo que armar un gabinete medio a la carrera y en segundo lugar, los ministros han estado más atentos a las órdenes de su esposa que a las que da el Presidente porque la última palabra no parece tenerla él.
Creo que este caso nos debe servir a los ciudadanos para entender que la política no puede seguir siendo un juego en el que gana el más mentiroso o el que dice la mayor irresponsabilidad. Porque, efectivamente, los candidatos dan atol con el dedo a la gente y una vez instalados en el poder traicionan todos los compromisos asumidos. En materia fiscal, lo que dijo Colom es equivalente a aquella célebre frase de Bush, el padre, cuando dijo que le leyeran sus labios mientras decía: «no more taxes» y sentado en la Casa Blanca aumentó los impuestos.