Los israelíes continuaban hoy en Jerusalén las excavaciones arqueológicas bajo protección policial cerca de la Explanada de las Mezquitas, a pesar de las indignadas protestas del mundo árabo-musulmán.
El responsable musulmán Tayssir Al Tamimi, jefe de los tribunales islámicos en los territorios palestinos, llamó desde Ramala a una «jornada de cólera» el viernes para protestar por los trabajos, que calificó de «crimen».
Después de haber retirado un montículo ayer, la autoridad israelí de antigí¼edades comenzó la excavación arqueológica, que durará varios meses antes de la colocación de cimientos para sostener una rampa que lleve a una de las puertas de la explanada, llamada de los magrebíes.
La oficina de los bienes religiosos musulmanes afirma que varias salas subterráneas de las mezquitas están situadas bajo ese montículo, y la operación del martes puede amenazar los cimientos de la explanada.
Las autoridades israelíes afirman que con los trabajos se pretende exclusivamente instalar una nueva rampa, ya que la actual estructura de madera fue dañada durante una tormenta de nieve en 2004.
Para evitar el desbordamiento tras los llamados a la movilización de dignatarios musulmanes y las amenazas de grupos armados palestinos, la policía israelí mantuvo el miércoles restricciones para limitar el acceso de los fieles a la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam que alberga la mezquita Al Aqsa y la Cúpula de la Roca.
«Sólo los musulmanes de más de 45 años que dispongan de un carné de identidad azul dado por Israel y las musulmanas sin límites de edad podrán acudir hoy a la explanada», indicó a la AFP el portavoz de la policía, Micky Rosenfeld.
La explanada, situada en la ciudad vieja ocupada de Jerusalén, fue construida sobre un templo judío destruido por los romanos en el año 70 después de Cristo, varios siglos después de la destrucción de este edificio, del que hoy sólo queda la pared oeste, llamada Muro de los Lamentos, lugar sagrado del judaísmo.
En el pasado, Israel anunció haber abortado varios atentados planificados por grupos extremistas judíos contra la explanada. Varios responsables y organizaciones musulmanes acusan frecuentemente a los extremistas judíos de intentar destruir la explanada y reconstruir un templo judío con la complicidad de las autoridades.
A pesar de las protestas, la autoridad israelí de las antigí¼edades afirmó que los trabajos continúan y que «la duración de las excavaciones será en función de los descubrimientos y también de las obras para construir una rampa de acceso a la Puerta de los Magrebíes», y aseguró que éstas no afectan a la explanada.
El jefe del movimiento islámico en Israel, Raed Salah, que llegó a Jerusalén encabezando un grupo de árabes israelíes para protestar por las obras, fue detenido.