Una mujer israelí murió hoy alcanzada por un cohete disparado desde la franja de Gaza, provocando amenazas de Israel de ampliar los ataques contra ese territorio palestino y de hacer pagar «un fuerte tributo» a los responsables de esos disparos.
«Las organizaciones van a pagar un fuerte tributo. Actuaremos contra los que están implicados en los tiros de cohetes, desde sus jefes hasta el último de sus terroristas», advirtió el ministro israelí de Defensa Amir Peretz, agregando que procederá a «un examen de seguridad especial» con los responsables respectivos.
Esta mujer israelí, de 57 años, fue muerta por un cohete artesanal disparado desde el norte de la franja de Gaza contra la ciudad de Sderot (sur de Israel), y otro israelí de 24 años sufrió heridas graves en las piernas, según la policía.
Ambos iban a sus trabajos cuando tres salvas de cohetes cayeron en el centro de Sderot, una ciudad de 24.000 habitantes situada en el desierto de Neguev, cerca de la franja de Gaza. Unas diez personas más fueron hospitalizadas con conmoción.
Según la radio militar, uno de los cohetes cayó cerca la residencia de Peretz y otros dos cayeron más lejos sin causar víctimas.
Los cohetes palestinos no habían provocado víctimas fatales desde julio de 2005.
Desde septiembre de 2000, cuando comenzó la sublevación palestina contra la ocupación israelí (Intifada), nueve personas han muerto en Israel, seis de ellas en Sderot, por cohetes disparados desde la franja de Gaza.
En comunicados separados, el Yihad islámica y las brigadas Ezzedin Al Qassam, el brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica palestino (cuyo acrónimo en árabe es Hamas, en el poder), reivindicaron los disparos de cohetes.
Esta acción, según estos dos grupos, fue en represalia por el bombardeo israelí contra Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza, el 8 de noviembre, que causó la muerte de 19 palestinos, en su gran mayoría mujeres y niños.
El incidente se produjo mientras el primer ministro israelí Ehud Olmert y un tercio de los miembros de su gobierno se encuentran en Los íngeles, Estados Unidos, en el Congreso anual de las comunidades judías de ese país.
Interrogado por la radio israelí, el ministro de Seguridad Interior, Avi Dichter, estimó desde Los íngeles que tanto las operaciones terrestres como aéreas deberían ser ampliadas.
También hablando en la radio, el ministro sin cartera Eytan Cabel señaló que el ejército «debe efectuar una operación dura y sin equívocos, aún cuando sepamos que luego habrá otros disparos, pues la situación actual es intolerable».
De su lado, el ministro de Justicia Meir Sheetrit dijo que «Israel debe replicar militarmente a cada disparo de cohete, buscando al mismo tiempo una solución política al conflicto con los palestinos».
En la víspera, el jefe del servicio de seguridad interior israelí (Shin Beth), Yuval Diskin, advirtió sobre una «confrontación militar de gran envergadura en la franja de Gaza, si los elementos moderados de la Autoridad Palestina no se refuerzan».
El alcalde de Sderot, Eli Moyal, advirtió a las autoridades israelíes contra la continuación de una situación en la que se dispara impunemente contra sus administrados y llamó a la población a no alejarse de las zonas donde hay refugios y edificios públicos protegidos.
Después de que un soldado israelí fue secuestrado por combatientes palestinos el pasado 25 de junio, el ejército del Estado hebreo ha realizado varias incursiones en la franja de Gaza –de donde se había retirado en 2005–, para rescatarlo y poner fin a los disparos de cohetes.
Durante esas operaciones, los militares israelíes mataron a más de 300 palestinos.