Codicia y ambición de la mano en el derrame petrolero


   Soy de la opinión que los refranes, adagios o como se les llame coloquialmente, encierran honda sabidurí­a popular, muy extendida en todos los rincones de la Tierra, como el que asevera «Mal de muchos, consuelo de tontos».

Eduardo Villatoro

   Viene el caso lo anterior porque el diario La Opinión, que se publica en la Los íngeles, en su edición digital contiene un artí­culo de los periodistas Curt Anderson y Michel Kunzelman, con el acápite «Juez que levantó moratoria tiene inversiones petroleras». -¡Ajá! -musité- ahora sé porque ese togado pretende dejar sin efecto la resolución del presidente Barack Obama de suspender las perforaciones en búsqueda de petróleo en  el mar territorial de Estados Unidos.

  

Posiblemente usted está enterado que el gobernante estadounidense adoptó esa medida como consecuencia del derrame de petróleo en el Golfo de México, en el litoral del Estado de Luisiana, principalmente, aunque la marea negra se extiende hacia  Florida, como consecuencia  de la exagerada codicia de los ejecutivos de la empresa petrolera británica BP, porque al no adoptar precauciones precisas al perforar un pozo, la plataforma estalló, causando 11 muertes y provocando pérdidas, hasta el momento, por alrededor de 20 mil millones de dólares a pescadores, hoteleros y familias completas, además de los daños causados a la fauna y flora de la región, de tal manera que se ha convertido en el peor desastre ambiental en Estados Unidos.

  

Al parafrasear el refrán citado, aunque la actuación de algunos jueces y magistrados es una vergonzosa caracterí­stica en Guatemala, las ambiciones personales que van de la mano con la corrupción que ocurre en otros paí­ses latinoamericanos no nos debe servir de consuelo, y ni siquiera el mismo proceder de ese juez de Estados Unidos, donde la aplicación de la ley cobra notoriedad por su celeridad y equidad.

  

Pues sucede que el juez  Martí­n Feldman, nombrado en 1983 por el entonces presidente Ronald Reagan, tuvo el cinismo de revelar que desde 2008 posee acciones en la empresa Transocean Limited, la propietaria de la plataforma Deepeater Horizon que estalló y se hundió en el inicio del mayor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.

  Adicionalmente, el honrado juez Feldman tiene inversiones en Ocean Energy, Quicksilver Resoucer, Prospect Energy, Peadboy Energy. Halliburton, Pengrow Energy Trus, Atlas Energy Resources, y otras compañí­as más de la industria energética

  Se deduce, entonces, que el juez Feldman se inclina a favor de las empresas petroleras, especialmente la BP, porque vela por sus intereses personales, anteponiendo su inescrupulosa ambición a su deber de operador de la justicia norteamericana.

   (En Houston, la enjoyada y elegante esposa de un petrolero norteamericano viaja en la parte posterior del vehí­culo, al retornar de un opí­paro banquete. Cuando el lujoso coche se detiene en una esquina, el indigente e ilegal Romualdo Tishudo, le pide: -Regáleme un dólar, por favor, para comer algo. La millonaria replica:- Ahorita ni que me hablen de comida que voy hasta aquí­. Y coloca los dedos de una mano en su pescuezo).