En los últimos días, los medios de comunicación han hecho ver el interés de los diversos sectores sociales que conforman la opinión pública respecto de la elección de candidatos a la Rectoría de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Hay dos candidatos dispuestos a ejercer las funciones de una posición de mucha importancia, en razón de la evidente popularidad que ha logrado merecer a nivel nacional la tricentenaria casa de estudios superiores.
Hada Alvarado, catedrática de gran relevancia, y Carlos Alvarado Cerezo, quien ocupa el cargo de secretario general del Alma Máter, se encuentran en la recta final para desempeñar uno de los puestos que tiene indiscutibles incidencias políticas entre la sociedad, aunque la Rectoría de la Usac no es propiamente política, sino docente por excelencia, que apunta a propiciar mejores actividades de superación con esfuerzo de positivo beneficio para esta Tierra del Quetzal, nuestra ave símbolo.
Muchas personas comentan los asuntos a favor y en contra de los candidatos y, especialmente, se destaca la ex Decana de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia, una distinguida profesional que se ha caracterizado por la pluralidad de simpatías y méritos ampliamente reconocidos en la Universidad del pueblo, por lo que podría convertirse en la primera mujer que empuñe las riendas de la Usac, en tanto que su contrincante, el odontólogo, tiene la percepción, muy suya, por cierto, de que la Universidad de San Carlos no ha sido manejada de la mejor manera para cumplir su función de realizar lo pertinente en el marco de la problemática social del país, en la que, valga decir, por su cargo, ha sido, en alguna forma u otra, actor principal, corresponsable, de la debacle que motiva significativos señalamientos.
Los dimes y diretes siempre se producen en los jaleos electorales, ¡que conste!
Es necesario que todos los estudiantes, catedráticos y profesionales participen en el evento eleccionario, a fin de evitar el abstencionismo que ha habido en tres elecciones anteriores que, lamentablemente, se han visto afectadas por injustificable ausencia de tantos votantes; ese vacío de urnas ha sobrepasado el 80 por ciento del electorado apto para emitir los sufragios indispensables para dar plena validez a los resultados comiciales.
Cabe hacer notar que la presencia de la Universidad de San Carlos en la Comisión Postuladora de magistrados del Tribunal Supremo Electoral tiene mucha importancia, como quedó demostrado cuando se trató de transparentar la lista de los postulados para ejercer las funciones propias de los cargos que permiten dar vida, con prestigio, a la democracia guatemalteca ante las comunidades nacional e internacional.
En dicho proceso también han participado los rectores de otras casas de estudios superiores, las que pusieron notorio interés con su actuación y, a no dudarlo, suscitaron estímulo para que las universidades desempeñen un papel dinámico que cambie el rumbo de nuestra sociedad ansiosa de la superación en todos los aspectos.
Causa preocupación que la Usac ha sido manejada como un “botín político”, según opinión echada al vuelo en Prensa Libre recientemente.
Los supuestos intereses personales han llevado a la Usac, se dice asimismo, a incumplir su principal función, que es la de formar guatemaltecos para tratar de solucionar los ingentes problemas que afrontamos; pero, infortunadamente, por todos lados escuchamos que en la mencionada casa de estudios los alumnos denuncian falta de catedráticos, instalaciones deterioradas, falta de mobiliario y equipo tecnológico para competir en el campo laboral con los egresados de otras universidades.
Entonces, es del caso que los sancarlistas acudan a las urnas para elegir a su próximo Rector o Rectora que procure su preparación para afrontar las exigencias de un mundo globalizado que cada día tiene más requerimientos para adoptar decisiones de los profesionales que se encargarán de mantener a las empresas con alto grado de productividad.