El viceministro de Educación, Miguel íngel Franco admitió que una deuda pendiente de cumplir es la cobertura de nueve años de escolaridad básica ya que en la actualidad ésta se encuentra entre los tres y cuatro años, lo cual incide en el cí­rculo de pobreza.

Guatemala se encuentra entre los paí­ses de la región rezagados en cuanto a la cobertura de escolaridad básica. En Honduras la edad de escolaridad es de 6 años, El Salvador 8, México y Belice 9, según Naciones Unidas.

Ana Marí­a Sánchez, oficial de Educación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) resalta que en educación se ha dado un paso importante en el cumplimiento de metas de desarrollo del milenio en relación a la cobertura en primaria, pero hace falta trabajar en el acceso a preprimaria y básico. «Para que un paí­s salga adelante se necesitan como mí­nimo nueve años de escolaridad y estamos bastante lejos de ello; el Gobierno y sociedad civil deben trabajar en esto», manifestó.

Franco señala que desde 2009 cuando empezó la gratuidad han avanzado en términos de cobertura educativa sobre todo en el nivel primario, gracias a los programas de Cohesión Social. En aulas donde antes habí­a 2 o 3 estudiantes se llegó hasta 60. Esta situación está presionando para que se aumente la cobertura en el nivel básico. El reto es avanzar hacia esos nueve años de escolaridad, estamos conscientes que falta mucho por hacer, afirma.

La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Así­es) cita que hace dos años concluyeron la primaria 127 mil niños de escuelas públicas y no tení­an donde ubicarse para continuar el básico. Solamente cuatro de cada diez adolescentes son atendidos por el sector público en este nivel.

La reciente Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (Enei 2010) destaca que la baja calificación de la mano de obra local es una de las limitaciones para atraer inversiones de calidad y obtener un mayor crecimiento económico. Mientras, el artí­culo 74 de la Constitución Polí­tica estipula la educación obligatoria: Todos los habitantes tienen el derecho y la obligación de recibir la educación inicial, preprimaria, primaria y básica.

Marí­a Esther Ortega, analista de Así­es, expone que además de la baja escolaridad, hay que añadir otras grandes deficiencias al sistema y es la cantidad de dí­as efectivos de clases. «El año pasado no llegaron ni a 80 debido a huelgas y a la tormenta ígatha, los niños se quedaron sin refacción escolar la mayor parte del ciclo y persisten deficiencias en la enseñanza por parte de los docentes, todo esto también daña la calidad educativa; un niño con hambre no aprende», aseveró.

El viceministro reconoce que en 2010 no se cumplieron los 180 dí­as de clases que establece la legislación por los factores enumerados y que fue por problemas financieros el incumplimiento en la entrega de la refacción escolar.

La oficial de Unicef dice que además de lograr que el niño vaya a la escuela, se supone un gran reto lograr su permanencia, que concluya su primaria, pero sobre todo que lo que va a aprender le sirva para la vida. Hay que hacer que los niños la pasen bien en la escuela, que sea una motivación para ellos ir cada dí­a a estudiar.

Sobre ese aspecto la analista de Así­es recuerda que aún hay maestros que castigan a los niños hincándolos en piedras y maí­z, o los dejan bajo el sol por varias horas. La comunidad deberí­a tener más injerencia en el proceso educativo, averiguar qué está enseñando el maestro, saber si siguen transmitiendo lo que aprendieron en el siglo 19. Nos toca a todos erradicar la violencia en las escuelas, comenta Ortega. Deberí­a crearse un sistema para retribuir a los docentes en función de los resultados de los alumnos, sugiere.

Franco responde que un buen porcentaje de maestros fueron formados en el siglo pasado, eso ha hecho que sucedan estas cosas y que ir a la escuela no sea una actividad que entusiasme a niños. De esa cuenta se continúa trabajando en la profesionalización del docente ya que necesitan actualizarse, añade.

El economista Carrera recomienda invertir en mejorar la educación para que los jóvenes que salen al mercado laboral tengan más opción de acceder a empleos de calidad. Para este año se aprobó un presupuesto al Ministerio de Educación de Q9 mil 323 millones.