La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, prometió hoy ayudar a completar el proceso de paz entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte, que choca con el delicado asunto de las competencias de la policía y de la justicia.
«Habéis recorrido un largo camino pero sabéis que vuestro viaje no ha terminado», dijo Clinton en un importante discurso ante la Asamblea de Stormont, el Parlamento de esta provincia semiautónoma británica.
«Quiero que sepáis que la administración (del presidente Barack) Obama y Estados Unidos se comprometen a ayudaros a terminar vuestro viaje», prometió, recordando el apoyo continuo de Washington al proceso de paz y los esfuerzos de su marido, Bill Clinton, con quien visitó por primera vez Belfast en 1995.
El acuerdo de paz del Viernes Santo, que el 10 de abril de 1998 puso fin a 30 años de violencia que dejaron 3.500 muertos, permitió la instauración de un gobierno de poder compartido entre protestantes y católicos. Preveía también la devolución de los poderes policial y judicial, pero sin fijar ninguna fecha.
Sin embargo, el traspaso de estas competencias continúa enfrentando a católicos y protestantes.
Mientras el Sinn Fein católico desea un traspaso inmediato, el DUP (Partido Unionista Democrático) quiere obtener primero recursos económicos suficientes así como el acuerdo de toda la comunidad protestante.
«Por supuesto, hay dificultades», reconoció el primer ministro protestante, Peter Robinson, en una rueda de prensa conjunta con Clinton. «Pero nos hemos comprometido a que funcione», agregó.
Su aliado en el gobierno, el viceprimer ministro católico Martin McGuinness, también aseguró que el proceso de paz «funcionaba».
«Vamos a seguir trabajando juntos», prometió, expresando su satisfacción al día siguiente del anuncio de que el grupo paramilitar republicano norirlandés INLA (Ejército de Liberación Nacional Irlandés) renunciaba a la lucha armada.
Clinton también destacó positivamente el desarme iniciado por varias organizaciones paramilitares pero advirtió sobre de la amenaza persistente de la violencia como mostraron los atentados de marzo, reivindicados por republicanos disidentes. Estos causaron la muerte de dos soldados británicos y un policía.
«Ellos miran ahora esta asamblea buscando señales de incertidumbre o de desacuerdo interno», dijo la secretaria de Estado norteamericana. «Quieren hacer descarrilar vuestra confianza. Y aunque son pocos, sus tácticas de matones y sus ambiciones destructivas amenazan la seguridad de todas las familias en Irlanda del Norte», agregó.
«Avanzar juntos en este proceso los dejará tirados en el lado equivocado de la historia», agregó Clinton, la política extranjera de mayor rango que pronuncia un discurso ante el parlamento norirlandés.
Clinton inició el sábado una gira europea que la llevó a Zurich, Londres, Dublín y Belfast, de donde partirá durante la jornada con destino a Moscú, la etapa más importante de su viaje.