Clí­nicas espirituales


Yves-David Elysee, conocido como

Tras la consulta, se establece un diagnóstico y el paciente es hospitalizado: aunque la «clí­nica espiritual» aparenta los códigos de un centro médico, sus actividades, como el exorcismo, son en realidad el nuevo filón de las Iglesias del Despertar en Gabón.


De pie en su despacho, junto a un pequeño santuario, el «bishop» Yves-David Elysée, pastor y jefe de la clí­nica espiritual «El candelabro de oro», se encuentra en plena «consulta profética».

Una mujer mayor, ataviada de un pañuelo de colores, ha venido aquejada de asma.

«Ningún hospital me ha curado. Los medicamentos del pueblo funcionaron al principio, pero ahora es peor», suspira la mujer.

El «bishop» ni se molesta en auscultarla. «El espí­ritu de tu tí­o quiere poseerte, hay que librarte de él», decide.

Su «paciente» hace un mohí­n de duda, pero el pastor le responde rápidamente: «Estás ante un profeta. Es el Espí­ritu Santo quien me dicta tu problema».

La «liberación», que tiene lugar ante un candelabro de siete brazos, responde a un plan bien preparado. Tras recitar unas oraciones y haber tragado «el aceite de mirra de Israel», la mujer mayor entra en trance, con los miembros rí­gidos y los ojos abiertos como platos.

«El fuego de Jesús te quema», dice Yves-David Elysée a la enferma que, en el suelo, toma su garganta con dos manos y hace como si se ahogara.

«Toma tu equipaje y sal, libera las tres dimensiones del cuerpo de esta mujer», ordena el pastor al «espí­ritu». Se dirí­a que éste obedece entonces en forma de bilis, que la «paciente» expulsa en un virulento ataque de tos.

Antes de reponerse, el pastor le pregunta a la mujer: «Â¿Has traí­do el dinero?».

El jefe de la «clí­nica espiritual», último invento de las Iglesias pentecostistas conocidas como «del Despertar», que proliferan en ífrica y a menudo son equiparadas con sectas, dice alto y claro: «en la Biblia no hay nada gratuito».

De hecho, aquí­ todo tiene su precio: 10.000 francos CFA (15 euros) la consulta, la «liberación» o la «hospitalización». Sin contar con los «sacrificios», que pueden ir de un vehí­culo a varios millones de francos CFA, y que son aconsejados a los fieles que acuden a mendigar el éxito personal.

«Las clí­nicas espirituales, importadas de la República Democrática del Congo y de Costa de Marfil, donde aparecieron a comienzos de los años 2000, son un negocio que funciona», dice el especialista gabonés de Iglesias del Despertar Steeve Mvé.

Según él, «la casi totalidad de los pastores de estas iglesias hací­an ya exorcismos a cambio de dinero, en un rincón de su iglesia, para tratar problemas existenciales como la esterilidad o la pobreza».

En un año y medio, Yves-David Elysée asegura haber «curado» a cerca de 5.000 «pacientes».

Sin embargo, las «clí­nicas espirituales» gabonesas no disponen de ningún permiso del ministerio de Sanidad y sólo están habilitadas para ejercer actividades de tipo no lucrativo.

Los negocios del «bishop» están además empezando a interesar a la policí­a, que lo acusa de haber violado a una de sus «pacientes» de trece años en un hotel cercano a la «clí­nica espiritual».