Clima, Kosovo y Afganistán en la agenda


Reunión. El ministro de relaciones exteriores de Francia, Bernard Kouchner (D, junto a sus homólogas de Gran Bretaña y EE.UU.

Los ministros de Relaciones Exteriores del G8 se reunieron este miércoles en el palacio Cecilienhof de Potsdam, cerca de Berlí­n, para preparar la cargada agenda internacional de la cumbre de Heiligendamm (6-8 de junio) y tratar de acercar las posiciones divergentes sobre el clima.


El estatuto de Kosovo, las relaciones transfronterizas entre Afganistán y Pakistán y la crisis de Darfur están en el orden del dí­a en el castillo de Cecilienhof, lugar histórico que en el verano de 1945 recibió a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, Joseph Stalin, Harry Truman y Winston Churcill.

La cuestión del clima no figura oficialmente en el orden del dí­a de la reunión de Cecilienhof, pero las divergencias entre norteamericanos y europeos ensombrecieron las perspectivas de lograr progresos en una semana en esta cuestión fundamental para la presidencia alemana.

Es lo que sugirió claramente Mitsuo Sabaka, portavoz del primer ministro japonés Shinzo Abe, quien estimó que Heiligendamm «no será de ninguna manera la etapa final» en «un proceso muy largo». Sabaka destacó que este tema dominará también la agenda de la próxima cumbre del G8, que se realizará en Japón en 2008.

Antes de que comenzaran las sesiones del G8, integrado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, mencionó al recibir a sus pares el difí­cil tema que divide a estadounidenses y europeos.

«Todo el mundo sabe que hay diferencias de puntos de vista en la manera de proceder (en la lucha contra el calentamiento climático). Pero espero que podamos continuar el proceso que emprendimos en Hamburgo», dijo Steinmeier, aludiendo a las discusiones del lunes y martes con los paí­ses asiáticos, entre ellos China e India, en el Foro Unión Europea-Asia.

El ministro alemán prevé que sobre el estatuto de Kosovo «la discusión no será fácil (…), las posiciones de los paí­ses del G8 no están suficientemente próximas como para prever un avance en el Consejo de Seguridad» de la ONU.

El futuro estatuto de Kosovo divide a los paí­ses occidentales y a Rusia que, al apoyar a Serbia, no quiere hablar de ninguna forma de independencia de esa provincia de mayorí­a albanesa.

Serguei Lavrov, el canciller ruso, dio el tono a su llegada a Potsdam. «Yo pido justicia», dijo, afirmando que correspondí­a a los serbios y los albaneses decidir su destino.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Afganistán y Pakistán, Rangin Dadfar Spanta, y Khurshid Kasuri, respectivamente, fueron invitados por la presidencia alemana a Cecilienhof para buscar una solución a sus diferencias en torno a las incursiones de islamistas en su frontera común de 2.500 km.

Steinmeier estimó que «es indispensable un acercamiento de la posiciones» entre Kabul e Islamabad, «si queremos conseguir una mejora de la seguridad», y «una mejor cooperación en la protección de las fronteras».

Según fuentes diplomáticas alemanas, los ministros del G8 ya pudieron a lo largo de la reunión referirse a la situación en Oriente Medio. «Hubo un amplio acuerdo (para expresar) nuestra preocupacion respecto a la seguridad» en la región, según esas fuentes.

El estancamiento en la cuestión nuclear iraní­, Lí­bano, la guerra civil en Irak, y la cuestión norcoreana –una prioridad para Japón–, también estaban en el orden del dí­a de la reunión de Potsdam.

Después de su conferencia de prensa conjunta a las 14H15 GMT, varios ministros de Relaciones Exteriores –el alemán Frank-Walter Steinmeier, la norteamericana Condoleeza Rice y el ruso Serguei Lavrov– se reunirán con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en el marco de una reunión del Cuarteto Internacional sobre Oriente Medio en Berlí­n.

«Todo el mundo sabe que hay diferencias de puntos de vista en la manera de proceder (en la lucha contra el calentamiento climático). Pero espero que podamos continuar el proceso que emprendimos en Hamburgo.»

Frank-Walter Steinmeier, ministro alemán de Relaciones Exteriores.