Clijsters regresa en grande


Doce tambores japoneses invadieron el estadio central del Crandon Park en Miami media hora antes de la tan esperada final femenina. El estadio estaba lleno apenas en un 15 por ciento, pero aquellos presentes disfrutaron de un espectáculo inusual. Sonidos peculiares y una excelente coordinación. Lamentablemente para los que llegaron sobre la hora, se perdieron la mejor parte de la jornada.


Porque la final en sí­ entre Kim Clijsters y Venus Williams dejó mucho que desear. Después de una ausencia de tres años en este torneo, Clijsters vapuleó a Williams por 6-2 y 6-1 en apenas 59 minutos y volvió a coronarse campeona de este evento, tal como lo habí­a hecho en el 2005.

«La verdad que estaba ansiosa de volver aquí­», declaró Clijsters segundos antes de alzarse con su trofeo. «Tengo grandes recuerdos de este evento, y es para este tipo de momentos que uno vuelve al circuito».

Es que la belga estuvo un 18 meses fuera del circuito, pero la inactividad no le ha pasado, tal como demostró en su tercer evento tras retornar al tour; fue el US Open, en septiembre en el cual se consagró en lo que fue un improbable triunfo.

Williams admitió minutos antes del comienzo del encuentro que tení­a algunas molestias en su rodilla. De hecho llamó al trainer tras el primer cambio para que le reajustaran una venda en esa zona. No obstante, la norteamericana no puso excusas.

«Mi rodilla no está bien», admitió Williams. «Pero una vez que me vendaron, me sentí­ mucho mejor. Hay que darle crédito a Kim.

Clijsters vení­a de jugar una maratónica semifinal ante su compatriota Justine Henin, pero así­ y todo le alcanzó el resto fí­sico para dominar a una errática Williams, que cometió 30 errores no forzados; uno cada dos minutos. Los puntos carecieron de emoción, y la belga hizo un partido inteligente moviendo a la estadounidense de lado a lado sin tanto potencia, pero con mucha precisión.

Para Williams, quien ganó en Miami en tres ocasiones, este torneo tiene un sabor especial. Vive a una hora de la sede del torneo, y se siente como en casa. Y aunque el encuentro era de pronóstico reservado en la previa, nadie podrí­a haber prevenido una victoria tan contundente a favor de la belga.

Williams ya ha ganado tres torneos en lo que va de esta temporada y éste fue apenas el segundo partido que perdió en todo el año. Sin embargo, su rodilla afectó el espectáculo y también su potencial participación en la Fed Cup.

«Voy a tomar una decisión pronto», dijo Williams. «Pero por ahora siento mucha inestabilidad en la rodilla».

Pero así­ y todo, hay que darle crédito a Clijsters, quien claramente es una de las mejores tenistas de la actualidad. Hoy quizás tiene otras prioridades como su hija quien festejaba cada uno de sus puntos en uno de los palcos, pero tiene el hambre intacta.

«La verdad es que me siento jugando muy bien», declaró Clijsters. «Tengo que agradecerle a mi niñera y a mi marido, sin quienes esto no serí­a posible. Pero este es el retorno que habí­a soñado y voy por más».

«Dada mi situación actual, mi meta no es ser la número 1 del mundo», concluyó Clijsters. «No voy a jugar muchos torneos, pero si los resultados se siguen dando, todo es posible».

Y esas metas parecen ser más alcanzables en la actualidad del WTA. No hay una clara número 1 del mundo, y hay escasez de variedad de juego en las distintas jugadoras, algo demostrado por el éxito inmediato de Clijsters tras su retorno al circuito.

Es como si el tiempo no hubiese pasado. Y si el resto de las jugadoras se descuidan, Clijsters podrí­a volver a la cima del tenis femenino antes de lo que piensan.