La belga Kim Clijsters, que llegó de Cenicienta al Abierto de tenis de Estados Unidos, podría salir convertida en reina y reconquistar el trono que ganó en 2005, para lo cual dio el ayer un primer paso al vencer a otra ex primera dama neoyorquina, la estadounidense Venus Williams.
Tras dos años alejada de las canchas, Clijsters entró al cuadro principal del US Open por una invitación de los organizadores, y se ha ganado a pulso y buen tenis el boleto a cuartos de final al bajar a Venus Williams, tercera preclasificada, con parciales de 6-0, 0-6, 6-4.
«Fue un partido tan extraño, sobre todo los dos primeros juegos. Cuando perdí el segundo (set) me dije: «Sólo comienza otra vez y lucha por cada punto»», dijo la tenista valona al pie de la misma cancha del estadio Arthur Ashe, donde firmó su triunfo más importante del año.
Clijsters, líder del ranking femenino por 19 semanas en 2003, no jugaba en Flushing Meadows desde septiembre de 2005, cuando ganó el título.
En 2006 estuvo lesionada de la muñeca y en 2007 se encontraba embarazada. Tras dar a luz a una niña comenzó un arduo proceso de preparación de seis horas diarias para regresar a los planos estelares.
A principios de agosto volvió a las canchas en el torneo de Cincinnati, donde llegó a cuartos de final, y en el de Toronto, en el que alcanzó los octavos.
«He estado trabajando realmente con fuerza los últimos siete u ocho meses, y ahora disfruto el resultado de mi esfuerzo», apuntó. «el tenis es un gran deporte, pero soy feliz porque ahora tengo una familia y puedo equilibrar ambas cosas».
Clijsters, de 26 años y ex número uno mundial, jugó un tenis muy parejo para eliminar a Venus, quien buscaba su tercera corona en Nueva York.