Clausurado el website Megaupload


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Uno de los sitios más populares del mundo para compartir archivos fue clausurado ayer, y tanto su fundador como varios ejecutivos de la compañí­a fueron acusados de facilitar millones de descargas ilegales de pelí­culas, canciones y otro contenido.

Por MATTHEW BARAKAT McLEAN / Agencia AP

Una acusación federal señaló que Megaupload.com ha provocado la pérdida de ingresos de por lo menos 500 millones de dólares a los titulares de los derechos sobre el contenido que distribuye.

La acusación fue revelada un dí­a después de que varios sitios Web, incluidos Wikipedia y Craigslist, suspendieron sus servicios por 24 horas, en protesta contra dos iniciativas de ley que pretenden facilitar para las autoridades el cierre de sitios que distribuyen contenido pirata, particularmente aquellos que tienen oficinas generales y servidores en el extranjero.

Las noticias del cierre parecieron provocar represalias por parte de «ciberpiratas» que se atribuyeron ataques contra el sitio Web del Departamento de Justicia. Funcionarios federales confirmaron que ese sitio habí­a caí­do anoche y que se consideraba el caso como derivado de «un acto malicioso».

Una organización informalmente integrada de ciberpiratas y conocida como «Anonymous» se atribuyó el ataque. También habrí­an ocurrido ofensivas contra otros sitios, incluido el de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos.

Megaupload tiene su sede en Hong Kong, pero parte del presunto contenido pirata estaba hospedado en servidores alquilados en Ashburn, Virginia, lo que dio jurisdicción a las autoridades federales, señaló el pliego acusatorio.

El Departamento de Justicia informó en un comunicado que Kim Dotcom, de 37 años, y otros empleados, fueron detenidos el jueves en Nueva Zelanda, a petición de las autoridades estadounidenses. Otros tres acusados permanecí­an prófugos.

La Electronic Frontier Foundation, una organización que defiende la libertad de expresión y los derechos digitales en la internet, señaló en un comunicado que «este tipo de aplicación de procedimientos penales internacionales a los asuntos de las polí­ticas de la internet sienta un precedente terrible».

«Si Estados Unidos puede hacer que se capture a una ciudadana holandesa en Nueva Zelanda, por un reclamo de propiedad intelectual, ¿qué sigue?», señaló.