«Es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras». Bertrand Russell (1872-1970). Filósofo inglés
Simbiosis natural de un Estado de Derecho en el cual deben de prevalecer justamente la justicia y el imperio de la ley, pero cuando uno de los factores busca ignorar a los otros, ese Estado de Derecho pasa a ser uno de ingobernabilidad.
Para nadie es un secreto que la fiscal General Claudia Paz, como buena activista de la izquierda, supo modularse en el plano internacional, llegando incluso a ser nominada para un Nobel. Lo que molesta es que al dudarse sobre la fecha de entrega del «poder» de parte de la señora Paz, la Corte de Constitucionalidad emitió un fallo, que como todos los propios, es inapelable, por el cual, la señora Paz debe terminar su periodo en mayo. Quizás no fue el fallo más apropiado para la fiscal y para sus cohortes, pero uno estimaría que, siendo una legalista debió de aceptarlo y no tratar de vulnerarlo. Otra vertiente en la jugada es el Gobierno, el que a través del presidente Pérez Molina pide respeto por la decisión de la Corte.
Finalmente nos queda el pueblo, observa los hechos, realizando los más atrevidos, agresivos y desmedidos comentarios, muchas veces sin conocimiento de causa. Sin embargo, concluye que en alguna parte «hay mano de mono», pero como no tiene «pito que tocar», sigue su rutina tratando de sobrevivir, de ganar para la comida de la familia, y los de «allá arriba que miren que hacen».
El empecinamiento de la señora Paz y sus activistas de la llamada Sociedad Civil, de la cual ni a usted ni a mí nos preguntaron si podían representarnos, genera nuevas suspicacias en la población que observando cómo aquellos que deben respetar la ley, la irrespetan. ¿Entonces por qué enjuiciar a Tadeo López, en el occidente del país, por el robo de un canasto de mazorcas?
Siguiendo la ley, en mayo tendremos nueva historia en el Ministerio Publico, mientras, seguramente la señora Paz, estará camino a un puesto internacional en donde continuará su campaña de desprestigio para Guatemala y los guatemaltecos. Para entonces la nueva historia será contada por otros actores y el pueblo en sus rutinas para sobrevivir, se dedicará a trabajar para tratar de alcanzar los precios de la canasta básica. Son pasos cíclicos en esta Guatemala mágica. Encontrando en su historia que cada salida de un fiscal general ha desatado acciones y presiones de estos y aquellos mientras los que se tenían que ir defendían a capa y espada su posicionamiento. Pero… esto sólo nos marca que en la democracia, muy a la chapina, ya no se dan las acciones de fuerza de los 60 a los 80 cuando desde la Casa Presidencial se «ordenaba quién era diputado o magistrado». Como cuando con la ametralladora sobre la curul un diputado suplente dijo al pleno: «quiero agradecer al presidente Lucas que me nombró diputado». Pues a su antecesor que era su hermano lo habían matado a balazos.