Polonia, Serbia y Bulgaria se clasificaron hoy a semifinales del Campeonato del Mundo masculino de voleibol, mientras que Brasil está en posición ideal para unirse a ellos mañana en la última jornada de la segunda fase de grupos.
La gran sorpresa de la jornada ocurrió en Sendai, donde los polacos iban perdiendo por dos sets a cero y se recuperaron para acabar ganando por 3-2 a los rusos, actuales subcampeones del mundo, que eran los grandes favoritos para ganar el título en Japón y que han sido eliminados antes de tiempo.
Con este triunfo, los polacos tienen asegurada ya su mejor posición en un Mundial desde la época dorada de los setenta, cuando fueron campeones del mundo (1974) y olímpicos (1976).
Serbia se aseguró su billete a semifinales al ganar con facilidad a Japón, en ese mismo grupo E de Sendai, por 3-0. Los balcánicos se jugarán el primer puesto de la llave con los polacos, el miércoles, en un duelo de invictos.
En el grupo F, en Hisroshima, la suerte también está virtualmente echada. Bulgaria, que ya estaba prácticamente clasificada, continúa invicta tras ganar a Francia por 3-2, en un partido en el que, igual que Polonia, se recuperó tras ir perdiendo por 2-0.
«Fue el partido más difícil para nosotros y estoy muy feliz con la victoria. El marcador me da igual. Es uno de los mejores momentos de mi carrera», dijo el capitán búlgaro, Plamen Konstantinov.
Matej Kazyiski fue el mejor jugador de los búlgaros con 14 puntos de ataque, 1 en contragolpe y 5 de saque, con lo que ayudó a su equipo a entrar por primera vez en los últimos veinte años en las semifinales de un Mundial.
«Espero que nuestro mejor momento esté por llegar y tenemos que prepararnos para partidos más duros», señaló el atacante.
Brasil hizo una demostración de fuerza al aplastar a Italia, campeona de Europa, por 3-0. Giba, impresionante desde el inicio del torneo, fue de nuevo el hombre del partido con 18 ataques ganadores y un excepcional 66% de acierto.
Los campeones del mundo, que se vieron sorprendidos la semana pasada por los franceses, en el único partido que han perdido en la competición, pueden estar tranquilos, incluso si aún no están matemáticamente clasificados.
Si ganan el miércoles a Bulgaria, se harían definitivamente con una plaza en semifinales. Pero incluso en caso de derrota, tendrían todavía grandes posibilidades de pasar, gracias a su mucha ventaja sobre Francia e Italia en el coeficiente entre puntos ganados y perdidos, sistema utilizado en el campeonato para hace desempatar a los equipos igualados a puntos.
El técnico brasileño, Bernardo Rezende, parecía aliviado tras el triunfo ante Italia y espera con impaciencia el partido contra los búlgaros del miércoles. «Fue fantástico haber sobrevidido a este partido, pero nada está decidido todavía», dijo.
Las semifinales y la final tendrán lugar el sábado y el domingo en Tokio.