Citius, altius, fortius


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A pocas horas de la inauguración oficial de la XXX Olimpiada de la era moderna, en Londres, Inglaterra, y cuando ya empieza a rodar el balón en algunos eventos, me parece oportuno dedicar un espacio –entre tanto que hay que criticar en Guatemala– para apoyar a nuestros atletas y manifestar mi profundo anhelo para que el triunfo de alguno de ellos se consiga y traiga a Guatemala su primera medalla en Juegos Olímpicos.

Juan Antonio Mazariegos G.


Acostumbrados como estamos a pensar que fuera del futbol no hay nada que debamos apoyar, resulta esperanzador y digno de resaltar, el esfuerzo de  nuestros atletas que competirán en Londres, quienes sacrifican familia, trabajo y oportunidades, durante años, en pos de buscar un triunfo, al cual no solo no estamos acostumbrados, sino que además parece estar lejos de las mejores previsiones de la mayoría de la gente, si es que en algún momento se han detenido a pensar siquiera  en la importancia de este evento y la trascendencia que para el resto del mundo tiene. Por razones de trabajo, el  mes pasado tuve la oportunidad de visitar La República Popular China y Estados Unidos, ambos países seguros contendientes en el medallero olímpico, están volcados en el apoyo a sus atletas; vallas, prensa, televisión y otros medios de comunicación se encuentran llenos de fotografías y videos  de sus atletas o estos son utilizados como modelos para promocionar cualquier cantidad de artículos, pues la población de ambos países los ve como ejemplos a seguir,  y su imagen vende. Resulta interesante comprobar que en China Continental los jugadores de bádminton o los clavadistas se llevan la mayoría de la publicidad o que en Estados Unidos los atletas de pista y campo o el Dream Team acaparan los espacios publicitarios. Si entendemos que un atleta es aquel que tiene una capacidad física más allá de lo común, fruto de sus condiciones, esfuerzo y tenacidad, y que un atleta olímpico es aquel que representa a su país, en el mayor evento deportivo del mundo, comprenderemos que nuestros atletas deberían de ser motivo de orgullo y ejemplo para nuestros hijos, para imitar la disciplina y la fortaleza mental y física que se necesita para llegar a ser uno de ellos. Este sábado, Erick Barrondo, considerado uno de los 10 mejores marchistas del mundo y campeón panamericano, compite en los 20 kilómetros de marcha; la trasmisión será a las 10 de la mañana y espero con ansiedad poder ver el evento al lado de mis hijos  para que se sientan orgullosos de que un guatemalteco compite por nuestro país ante los mejores del mundo,  siendo uno de los favoritos. Pero Erick no está solo, Jamy Franco, también en marcha, Juan Ignacio Maegli en vela, Kevin Cordón en bádminton, nuestros tiradores Jean Pierre Broll o Sergio Sánchez y Elizabeth Zamora en judo tienen opciones de competir de igual a igual con atletas de todo el mundo. Son 19 nuestros atletas y estoy seguro que cada uno de ellos puede sentirse un triunfador y que además dará lo mejor de sí para que el sueño de la primera medalla olímpica se cumpla para Guatemala.  Citius, altius, fortius es el lema olímpico que significa “más rápido, más alto, más fuerte”. De corazón: Citius, altius, fortius para los nuestros; desde aquí les apoyamos.