Los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que visitan Corea del Norte desde el martes, viajaban este jueves hacia el complejo de Yongbyon, el centro de las instalaciones nucleares del régimen.
«Un equipo de trabajo de la AIEA partió hacia Yongbyon para visitar las instalaciones nucleares», informó la agencia oficial Nueva China en Pyongyang.
«Vamos a ver las instalaciones y continuar las conversaciones de manera más detallada», declaró el jefe de la delegación, Olli Heinonen.
El equipo de cuatro inspectores debía volver a la capital norcoreana el viernes en la tarde, precisó.
El jueves se ignoraba lo que sería autorizado para ver en el complejo nuclear ultra-sensible situado a unos cien kilómetros al norte de la capital norcoreana.
Yongbyon es la espina dorsal del arsenal atómico de Corea del Norte y el lugar donde se fabrica el plutonio. Su cierre bajo el control de la AIEA constituye el cumplimiento de la primera etapa de un acuerdo multilateral firmado el 13 de febrero en Pekín.
En ese acuerdo Corea del Norte se comprometió a «desactivar completamente» sus programas nucleares.
A cambio, Pyongyang debe recibir 50.000 toneladas de fiul concentrado y después otras 900.000 toneladas, cuando se cumpla la desactivación completa de los programas nucleares.
El acuerdo también abre la perspectiva para una normalización de las relaciones con Estados Unidos.
No obstante persiste como un gran interrogante, el grado de compromiso de Pyongyang para cumplir con los términos del acuerdo del 13 de febrero.
«Vamos a (…) iniciar la puesta en marcha del acuerdo del 13 de febrero, según el principio de ’una acción sigue a una acción’», había prometido el lunes el portavoz del ministerio norcoreano de Relaciones Exteriores, citado por la agencia oficial KCNA.
De todas maneras, el régimen de Pyongyang tiene un largo pasado de promesas no cumplidas y sigue siendo imprevisible.
En el segundo día de la visita de los inspectores de la AIEA, primer paso concreto desde hace varios años y obtenido al cabo de difíciles negociaciones, estuvo marcado por el disparo de varios misiles por Corea del Norte, según Washington.
Estados Unidos, a través del portavoz de la Casa Blanca, se declaró «profundamente confundido» por el lanzamiento de proyectiles «durante el periodo delicado de las negociaciones a seis» países y reclamó el fin de los «lanzamientos de misiles balísticos desafiantes».
No obstante, un portavoz del Pentágono, Chito Peppler, pareció restar importancia a los disparos de «corto alcance». «Pensamos que se trataba de un ejercicio de rutina que no estaba destinado a ser desafiante», dijo.
La agencia norcoreana Yonhap había anunciado anteriormente el disparo de una misil de corto alcance en el mar del Japón citando a una fuente gubernamental no identificada.