En la plaza Llaranes no faltó nadie a la cita con la solidaridad, pese al cielo encapotado. La plaza mayor fue un bazar de artículos en venta, música y magia, carreras infantiles y comida en hermandad, todo para contribuir con los guatemaltecos.
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Se habló, y mucho, de Guatemala, el país con el que este barrio avilesino lleva colaborando desde hace años en distintos proyectos. Si antes se implicaron para recaudar fondos con que construir depósitos de agua, este año el proyecto es de tierra, para que las comunidades indígenas puedan cultivar.
Los guatemaltecos no pueden costear por sí mismos la inversión, y ahí es donde entran el mercadillo, las actividades deportivas y musicales, los donativos, en suma, del pueblo de Llaranes.
La palabra encontró en Faustino Villabrille, sacerdote y misionero, un divulgador con conocimiento de causa.
í‰l fue quien se ocupó de explicar, durante los oficios religiosos que se celebraron en la plaza mayor, que el esfuerzo para construir los depósitos de agua potable había dado sus frutos, y las comunidades ya disponen de suministro en sus casas.
«Gracias porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber», dijo parafraseando el Evangelio.
Del nuevo proyecto, Villabrille contó que las comunidades guatemaltecas que se beneficiarán de la ayuda solidaria de Llaranes tienen un índice de pobreza del 97 por ciento, y el 47 por ciento de la población es extremadamente pobre.
Por si eso fuera poco, la desnutrición crónica hace estragos en la población infantil. «Las multinacionales terratenientes del Tercer Mundo les están quitando la tierra a las comunidades, muchas veces sólo para poder controlar el agua», aseguró el sacerdote. A continuación puso varios ejemplos de injusticia en la distribución de los recursos y agregó «No podemos estar callados ante esta forma de organizar el mundo, tenemos que luchar para que otro mundo sea posible».
En el culto participó también el párroco local, José María Murias, impulsor de la Semana solidaria de Llaranes, y José Manuel Parrilla, profesor del Seminario y de la Universidad de Oviedo.
Los coros parroquiales acompañaron con sus canciones la celebración, que fue seguida desde la plaza por un buen número de vecinos y por representantes del Ayuntamiento, que también colabora con el proyecto.