Cí­rculo de análisis con periodistas


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El viernes 24 de junio del presente año me invitó, como es habitual, el Organismo Naleb’ a una jornada de reflexión sobre un tema que titularon “Tendencias y escenarios electorales: desde lo local, hasta lo nacional”. Más allá del tí­tulo, un tanto rimbombante y rebuscado, digno de una jornada de Naciones Unidas, el evento tiene una naturaleza que no queda sino felicitarlo y animarlo por su significado.

Eduardo Blandón

 


La actividad es especial, desde mi perspectiva, por algunas razones.  En primer lugar, porque se trata del intento de congregar a diferentes actores del quehacer nacional (especialmente periodistas) para repensar la situación del paí­s y conversarlo públicamente.  Creo que es ocasión propicia no sólo para verse las caras y saludarse, sino para obligar al análisis y considerar perspectivas diversas.

Hay que darles crédito a los organizadores del evento, especialmente a Mario Rivero que lleva años dedicados al tema, porque apuestan al diálogo, provocan la reflexión y hacen que los periodistas encuentren en esa coyuntura un espacio para compartir momentos vitales e intelectuales.  A veces la ocasión también tiene dimensiones de catarsis, purificación intelectual a posteriori de la polución a la que están (o estamos) expuestos los periodistas en la cotidianidad.

Evidentemente, el “cí­rculo de análisis con periodistas”, como le llaman, no es un reducto de desahogo, hay también momentos para la exposición formal.  El 24 de junio, por ejemplo, fueron invitados el Comité Cí­vico Xel-Jú, de Quetzaltenango y el sociólogo Aroldo Camposeco.   Cada uno de los actores expuso sus ideas, siguió un orden discursivo lógico e indujo a los oyentes a la perspectiva propia con la que analizan el mundo social y polí­tico.  Luego vino el momento del diálogo, el debate, los improperios, las inconformidades y más de alguna propuesta lúcida distinta.

En realidad, en el evento de Naleb’ hay un poco de todo: comida (ellos invitan a una cena), vino, café y hasta champurradas.  Quien dirige trata de ser abierto, aunque hay también quienes prefieren limitar las intervenciones.  En el cí­rculo no existen ideas sagradas ni expositores que predican excátedra, hay aportes, intuiciones y alumbramientos también ligeros, pero todos son valiosos cuando se trata de aproximarse al ideal de eso que llaman “verdad”.

Lo que serí­a ideal, no sé si lo hacen, es que los organizadores siguieran una agenda concreta, en conformidad con un plan anual, y se tracen objetivos concretos de reflexión.  A veces se tiene la idea más bien (podrí­a ser una equivocación, sin embargo) que los temas son “inventados” voluntariosamente, sin orden ni lógica concreta.  Un plan orientarí­a el pensamiento y ayudarí­an a la comunidad periodí­stica a repensar la realidad y construirla desde ese ángulo especial de quien hace la noticia.

Asimismo, serí­a deseable que recogieran las ideas, las sistematicen y publiquen en alguna revista propia.  Creo que las propuestas si son serias no deben dejarse caer en saco roto.  Esto obligarí­a a un trabajo organizativo e intelectual que permita una unidad reflexiva expuesta en breves páginas.  De lo contrario, los cí­rculos caerí­an sólo en un evento religioso-mí­tico de purificación de las almas o en una actividad social para saludarse y expresarse buenos sentimientos.

Como dije al inicio, creo que Naleb’ hace un buen trabajo y auguro que esos eventos continúen y mejoren con la sabidurí­a que da la experiencia.