Cinco iraní­es siguen detenidos en Irak



Cinco iraní­es seguí­an detenidos hoy por el ejército estadounidense en Irak, un dí­a después de una polémica incursión en Erbil (norte) contra un edificio iraní­, mientras el lí­der radical chiita Moqtada Sadr advirtió a los anunciados militares de refuerzo que pueden volver a su paí­s en «ataúdes».

El ejército estadounidense anunció este viernes la liberación de uno de los seis iraní­es detenidos en un edificio que, según las autoridades locales de la región autónoma de Kurdistán y Teherán, alberga el consulado iraní­ y, según Washington y el Ministerio iraquí­ de Exteriores, es una «oficina de enlace» iraní­, sin protección diplomática.

«Están detenidos en Erbil, en una base del contingente coreano» de la coalición internacional, precisó en un comunicado el ejército estadounidense, que abrió una investigación sobre los arrestados, «sospechosos de estar estrechamente relacionados con actividades contra Irak y las fuerzas de la coalición».

El ministro iraquí­ de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, explicó que su paí­s habí­a aceptado una petición de Teherán «para abrir un consulado» y que «los trámites estaban en curso de concluir, pero no habí­an finalizado».

Los empleados iraní­es «trabajaban con el acuerdo del gobierno» y «residí­an legalmente en Irak», añadió antes de precisar que su gobierno trataba de obtener su liberación.

Por su parte, las autoridades locales de la región autónoma de Kurdistán y el gobierno iraní­ calificaron la operación de «ataque» contra un recinto que cuenta con inmunidad diplomática.

El Pentágono desmintió que el edificio fuese un consulado y el ejército estadounidense señaló que los cinco detenidos «serán interrogados y los documentos y el material, confiscados, para determinar el grado de actividades ilegales o terroristas».

Por otra parte, el lí­der radical chiita Moqtada Sadr advirtió a los 21.500 militares estadounidenses destinados a Irak como refuerzo de los 132.000 ya presentes que corren el riesgo de «regresar en ataúdes».

La nueva estrategia del presidente estadounidense, George W. Bush, anunciada el miércoles, «no es bienvenida y, sobre todo, los soldados estadounidenses no son bienvenidos», dijo a la AFP Abdul-Razzaq al-Nadaui, portavoz de Sadr, en la ciudad santa chiita de Nayaf, en el sur de Bagdad.

«El problema hoy en Irak es la presencia de los estadounidenses. El aumento de esta presencia no hará sino enconarlo (…) No es el primer plan anunciado por Bush. Todos han fracasado y éste también lo hará», dijo Nadaui.

Sadr dirige el Ejército del Mahdi, una de las principales milicias iraquí­es, acusada con frecuencia de ataques a la comunidad sunita y a las fuerzas de la coalición.

Este grupo controla cinco de los 37 ministerios y 32 de los 275 escaños del Parlamento, aunque en noviembre, anunció que retirará su apoyo al primer ministro, Nuri Al Maliki, por haberse reunido con Bush.

Un reciente informe del Pentágono considera que «el grupo que actualmente tiene el impacto más negativo sobre la seguridad en Irak es el Ejército del Mahdi, que ha reemplazado a Al Qaida como el acelerador más peligroso de una violencia confesional potencialmente duradera en Irak».