Motivado por el escrito que hizo el último miércoles el sociólogo Félix Loarca Guzmán, en la edición de La Hora, sobre el «Día del Periodismo Guatemalteco», conmemorado el pasado domingo, voy a abordar esta temática, desde la perspectiva de Noam Chomsky, uno de los más connotados pensadores e intelectuales del siglo XX, de larga y prolífica existencia,
A finales de los años ochenta, Noam Chomsky, junto a Edward S. Herman lanzaron un libro titulado en inglés: Manufacturating Consent, The Political Economy of the Mass Media. Un libro devastador entre los intelectuales norteamericanos y que delataba el tratamiento que reciben las noticias en los medios de comunicación de Estados Unidos, basado en la conveniencia de las élites gubernamentales y privadas. En el fondo lo que Chomsly se atrevió a denunciar fue la otra cara de una prensa que se consideraba valiente y no encubridora. La gran prensa connivente y dúctil.
De este libro surge lo que se ha dado en llamar «Cinco filtros de la comunicación de Chomsky», para ampliar su uso a otros medios, y no pensar que se habla sólo de las empresas periodísticas. Estos filtros o pilares fueron planteados así: 1. Magnitud, propiedad y orientación de los medios de comunicación; 2. Para hacer negocios, se necesita el beneplácito de la publicidad; 3. El suministro de noticias a los medios de comunicación; 4. El «con el mazo dando» de los reforzadores de opinión; y 5. El anticomunismo como mecanismo de control, que hoy sería de terrorismo.
En el primer filtro, según la teoría chomskiana, de acuerdo con lo afirmado por el guatemalteco Loarca Guzmán, grandes corporaciones supranacionales son hoy por hoy las propietarias de las entidades periodísticas, con tendencia a la concentración de los medios en muy pocas manos, como lo viene denunciando en el mundo (desde hace varios años) Ignacio Ramonet. La prensa, se ha convertido, primero, en un negocio que depende del mercado. Sus principales accionistas no son periodistas, demasiadas veces, como está ocurriendo en Guatemala desde hace poco.
El hecho que el gran capital, en el mundo entero, sea el dueño de la televisión, los periódicos, las radios, los cines, la industria de la comunicación en general, y se incluye el mundo del espectáculo, universo del libro, industria disquera, agencias de publicidad, de noticias y de relaciones públicas, etc. Dicha situación es sumamente peligrosa porque, entonces, hay capacidad de control de las noticias que se transmiten en los medios periodísticos. Y algunos medios no van a publicar algo que a los propietarios les moleste o les disguste, porque sería imperdonable.
En este sentido, los nuevos medios de comunicación, son empresas de gran capital que requieren de sumas millonarias en inversión tecnológica, y en constante renovación, por lo que sólo es posible operar en el marco (económico, que es ideológico) de las grandes empresas transnacionales de este ramo, que definen y controlan el mercado de las comunicaciones.
Deseo seguir haciendo un análisis chomskiano sobre este tema, pero quiero contarles que hace un par de años, en España fue editado el libro: «La construcción del consenso. Re-visitando el modelo de propaganda de Noam Chomsky y Edward S. Herman». El libro es una apasionante revisión del primero y fue un seminario académico, coordinado por Francisco Sierra y Miguel Vásquez, profesores del departamento de Periodismo de la Universidad de Sevilla. Al concluir con los cinco filtros, voy a referirme, por su valioso aporte y renovación de estas ideas fundantes en la comunicación social.