La «mano de Dios» de Thierry Henry, que clasificó a Francia para el Mundial-2010 y eliminó a Irlanda, relanzó el debate sobre el arbitraje con cinco árbitros o con ayuda de grabaciones de video.
«Trampa», «Vergí¼enza», «Escándalo»: en toda Europa, y más aún en Irlanda, la prensa condenó la acción de Thierry Henry y el enorme error del árbitro sueco Martin Hansson, que no tuvo ayuda de su asistente. Pero los expertos ni tienen claro si el vídeo o el árbitro suplementario, como en los ensayos llevados a cabo en la Europa League, habrían facilitado la tarea.
«Se puede pensar que tanto el arbitraje con video como el arbitraje con cinco personas habrían podido paliar los errores de los árbitros», dijo a la AFP Marc Batta, el jefe de la dirección nacional del arbitraje de Francia (DNA).
El ex árbitro internacional se mostró «solidario con Martin Hansson, que es evidente que tendrá que pasar momentos difíciles. No quiero disculpar de ninguna manera las faltas que cometió pero quiero apoyar a un colega, como un entrenador lo haría con un jugador».
«Está claro que la mano fue hacia el balón», dijo a la AFP el ex ministro de deportes Jean-Franí§ois Lamour, «o sea que si la FIFA entiende que hacía falta el video cerca de las porterías creo que va hacia un callejón sin salida».
«Este sistema funciona muy bien en el rugby, hay que seguir este ejemplo para evitar este tipo de errores que, al final, devalúan el papel del árbitro», añadió Lamour.
«Se habla otra vez del arbitraje con vídeo», añade Marc Batta, «pero de momento la FIFA, que gestiona el fútbol en los cinco continentes, se opone a ello».
El jefe técnico del arbitraje francés prefiere el arbitraje con cinco personas: «Nosotros tenemos la suerte que nuestro continente tiene un presidente, Michel Platini, que quiso ayudar al cuerpo arbitral con la experimentación del arbitraje de cinco», explica.
«En la primera fase de la Europa League, el balance es positivo en general sobre un total de 120 partidos. El 20 de octubre el International Board (la instancia que vigila las reglas del juego) dio la autorización a la UEFA para seguir la experimentación en la segunda fase, los 32º de final».
«El arbitraje con cinco personas no va a resolver todos los problemas, como tampoco el video los resolvería todos», matiza Batta. «Pero ayer (el miércoles), un árbitro colocado al lado de la portería podría haber evitado el problema. Hay que intentar la experiencia, sino vamos a tener un nivel más alto de errores», concluye.
La mano voluntaria de Thierry Henry, que fue el origen del empate de Francia frente a Irlanda y su clasificación para el Mundial-2010, se inscribe en la línea de otras acciones litigiosas no sancionadas por los árbitros y que entraron en la historia del fútbol.
El episodio más conocido es evidentemente el partido de cuartos de final de la Copa del Mundo de 1986 entre Argentina e Inglaterra (2-1) y ese gol con la mano inscrito por Diego Maradona y validado por el árbitro tunecino Bennaceur. El legendario centrocampista de la albiceleste lo bautizó como la «mano de Dios», una expresión que ha pasado a la posteridad.
Pero el genio argentino tuvo la buena idea de añadir un segundo gol increíble: salió de su propio campo, dribló a seis jugadores rivales, incluido el guardameta inglés, antes de colocar el balón en la meta vacía.
Otro gol litigioso continúa haciendo correr ríos de tinta, 43 años después. En la final del Mundial-66 contra Alemania, los ingleses (vencedores por 4-2 en la prórroga) marcaron un gol dudoso, después de que el balón diera en el larguero y rebotara hacia abajo, cerca de la línea de gol. El árbitro concedió el tanto y la controversia todavía continúa.
En el Mundial de 2002, Corea del Sur, uno de los dos países organizadores (con Japón), llegó de forma sorpresiva a semifinales tras haber eliminado a dos de los grandes favoritos, Italia (2-1 tras prolongación) y España (0-0 tras prolongación, 5-3 en los penales) con muchas jugadas discutidas.
Los italianos vieron como se anulaba un gol válido a Tommasi. Una acción que llegó tras la expulsión de Totti por una simulación poco evidente en el área.
Ironía del destino, los transalpinos estaban dirigidos en la época por Giovanni Trapattoni, el actual seleccionador de Irlanda.
El técnico italiano fue acusado por la federación internacional por haber querido favorecer a los surcoreanos para que uno de los dos países organizadores estén al menos presentes en la ronda siguiente tras la eliminación en octavos de final de Japón.
En cuartos de final, los españoles conocieron la misma suerte contra Corea del Sur con dos goles injustamente anulados.
En el Mundial-2006, un caso inédito se produjo en el encuentro Australia-Croacia (2-2), ya que el árbitro Graham Poll advirtió en tres ocasiones al mismo jugador, el croata Simunic, en lugar de expulsarlo tras la segunda amarilla.