CIJ se declara competente para juzgar frontera marí­tima



La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya decidió hoy que tiene competencia para juzgar la delimitación de una frontera marí­tima entre Nicaragua y Colombia, aunque admitió que no tiene jurisdicción sobre la soberaní­a de tres islas del archipiélago de San Andrés, que en virtud de un tratado de 1928 pertenecen a Bogotá.

«La CIJ considera que el tratado (Esguerra-Bárcenas) de 1928 entre Colombia y Nicaragua resolvió la cuestión de la soberaní­a de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (…) y que por tanto, el tribunal no puede ser competente en este punto», declaró la presidente de la Corte, la británica Rosalyn Higgins.

Los 17 jueces de la CIJ aprobaron esta decisión por 13 votos a favor y cuatro en contra después de seis meses de deliberaciones.

«Sin embargo, la Corte considera que es competente en el diferendo relativo a la soberaní­a de las otras formaciones marí­timas reivindicadas por las partes y sobre el diferendo relativo a la delimitación marí­tima entre dichas partes», agregó, subrayando que la decisión sobre estos dos aspectos se tomó unánimemente.

Nicaragua, en una demanda presentada en 2001, pidió a la CIJ que tratara la cuestión de la soberaní­a de una zona de más de 50 mil km2 que incluye las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina y los cayos Roncador, Serrana, Serranilla y Quitasueño.

La decisión de la CIJ de hoy deja abiertas varias cuestiones que, a falta de un acuerdo entre las partes, serán objeto de un futuro juicio en La Haya.

La más importante es la frontera marí­tima entre ambos paí­ses, que según la CIJ no tiene por qué fijarse en el meridiano 82, presentado por Colombia como lí­mite en el mar desde los años 60.

Según el tribunal de La Haya, este meridiano 82 se usó en el Tratado de 1928 y en su protocolo de ratificación de 1930 con el fin de fijar un «lí­mite al oeste para el archipiélago de San Andrés» y en un ningún caso puede entenderse como «frontera marí­tima general» entre los dos paí­ses.

«Lo importante es que la barrera del meridiano 82 desaparece y ahora vamos a delimitar la frontera marí­tima con Colombia», declaró Samuel Santos, ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, presente en La Haya.

Sin embargo y según la decisión de la CIJ, no cabe ninguna duda de que las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina forman parte del archipiélago de San Andrés y que su soberaní­a quedó bien especificada en el tratado de 1928, es decir, son colombianos.

«Nicaragua sufre un revés fundamental en su posición ya que siempre pretendió que el archipiélago de San Andrés le pertenecí­a y el tratado de Esguerra-Bárcenas era nulo e inválido», se felicitó la delegación colombiana, que se retiró de la CIJ sin dar declaraciones y sólo se pronunció en un comunicado posterior.

Para los responsables de la diplomacia colombiana, «Nicaragua pretendí­a que se le reconocieran derechos sobre una parte de este territorio colombiano, en el que nunca ha ejercido ni soberaní­a ni jurisdicción».

No obstante, el tribunal de La Haya dejó abierta la cuestión de qué otros territorios pertenecen a este archipiélago y deberá pronunciarse también sobre la soberaní­a de los cayos de Roncador, Serrana, Serranilla y Quitasueño.

Según diplomáticos nicaragí¼enses, las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina representan una parte muy pequeña dentro su denuncia ante la CIJ.

Managua ha insistido en que la totalidad de los territorios que reclama ante la CIJ pasaron a manos colombianas gracias al tratado Barcenas-Esguerra, firmado cuando Nicaragua bajo la ocupación estadounidense, lo cual podrí­a invalidar cualquier acuerdo.

El paí­s centroamericano recurrió a la CIJ invocando el llamado Pacto de Bogotá, firmado en 1948 y del que los dos paí­ses en litigio forman parte.

Colombia, que confiaba en que la CIJ se declarara incompetente para juzgar este diferendo territorial en virtud del Pacto de 1948, que no somete a la jurisdicción de la CIJ los acuerdos internacionales que se hayan suscrito antes de esa fecha, deberá ahora presentar un informe detallado para su defensa en La Haya.

La Corte internacional todaví­a no dio fechas para las próximas audiencias en este proceso.