Las mujeres que trabajan son más numerosas que nunca, pero siguen sufriendo disparidades de estatuto, seguridad en el empleo, salario y educación, según un informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) publicado hoy, en ocasión de la Jornada Internacional de la Mujer.
El número de mujeres en el mercado laboral –que tienen trabajo o lo buscan activamente– llegó en 2006 a la cifra sin precedentes de 1.200 millones en un total de 2.900 millones de trabajadores en el mundo, según el informe sobre «las tendencias mundiales del empleo de las mujeres».
«El abismo entre hombres y mujeres se llena lentamente», según la OIT, que destaca que cada vez hay más mujeres sin trabajo (81,8 millones).
Las mujeres son también relegadas a empleos poco productivos del sector agrícola y de los servicios, o son menos remuneradas que los hombres para puestos comparables.
Según las estimaciones de la OIT, en 2006 las mujeres corrían más peligro de quedarse sin empleo que los hombres: la tasa de desempleo femenina era de 6,6 %, en comparación con 6,1 % para los hombres.
El desequilibrio que existe entre los dos sexos respecto a las tasas de empleo de la población es más importante en Oriente Medio y el norte de ífrica, donde apenas más de dos mujeres de cada 10 trabajan, contra casi siete hombres de cada 10.
«En 2004, 60 % de los trabajadores pobres eran mujeres y todo indica que sigue siendo así», afirmó Dorthea Schmidt, especialista en el mercado laboral de la OIT.
«A pesar de algunos progresos, demasiadas mujeres siguen bloqueadas en trabajos poco remunerados, a menudo en la economía informal, casi sin protección jurídica, poca o ninguna protección social y una gran precariedad», se lamentó el director general de la OIT, el chileno Juan Somavia.
En la mayor parte de las regiones y de las profesiones, las mujeres ganan menos dinero por el mismo empleo. Un examen de los datos disponibles sobre 6 categorías profesionales muestra que, en la mayoría de las economías, las mujeres ganan 90 % o menos de lo que ganan sus colegas masculinos.
Incluso en los empleos llamados «femeninos», como cuidar niños y la docencia, no hay paridad salarial.
El informe muestra también que actualmente más mujeres en edad de trabajar ocupan un empleo remunerado (47,9 %) que hace diez años (42,9 %). Sin embargo, el estudio destaca que cuanto mayor es la pobreza de una región, mayor es el riesgo de que las mujeres ocupen empleos familiares no remunerados o que trabajen en forma independiente ganando muy poco dinero.
Finalmente, si bien las mujeres jóvenes tienen más posibilidades de aprender a leer y escribir que hace diez años, el acceso a la educación y el nivel de la educación están lejos de ser equivalentes para las mujeres y los hombres en la mayoría de las regiones del mundo.
Sesenta por ciento de quienes abandonan los estudios son mujeres: deben abandonar la escuela para ayudar en el hogar o ir a trabajar.