Súbitas inundaciones en el sur de Filipinas sorprendieron durante la noche a numerosas personas mientras dormían, con resultado de al menos 436 muertos, en su mayoría en dos ciudades costeras, tras el desbordamiento de ríos y otras corrientes debido a los aguaceros de una tormenta tropical, dijeron el sábado las autoridades.
La secretaria general de la Cruz Roja en Filipinas, Gwen Pang, dijo a The Associated Press que la cifra de víctimas fatales se basó en el recuento de cadáveres en diversas funerarias.
De las personas que perdieron la vida, 215 corresponden a la ciudad de Cagayan de Oro, 144 a Iligan, cercana a la primera, y las restantes a diversas localidades en provincias del sur y centro del país, agregó.
La mayoría de las víctimas dormía el viernes por la noche cuando sus casas fueron inundadas por las aguas a causa del desbordamiento de ríos y torrentes que bajaban de las montañas tras un aguacero de 12 horas que azotó la región sureña de Mindanao.
Numerosos cadáveres continuaban sin ser reclamados en las funerarias, en un indicio de que perecieron familias completas, expresó Pang.
Se desconocía para el sábado por la noche el número de personas desaparecidas. Antes de que la Cruz Roja difundiera sus cifras más recientes, el portavoz de las fuerzas armadas, teniente coronel Randolph Cabangbang dijo que se desconocía el paradero de unas 250 personas en Iligan.
Miles de soldados con apoyo de centenares de policías, reservistas, efectivos de la guardia costera y voluntarios civiles fueron movilizados para las labores de rescate y limpieza en las dos ciudades costeras, a las que cubrían escombros, basura, vehículos volcados y árboles derribados tras las inundaciones.
Algunos de los cadáveres fueron arrastrados por las corrientes hasta el mar desde Cagayan de Oro e Iligan, ciudades a las que cruzan ríos y flanquean montañas, en una región que no está acostumbrada a los tifones, los cuales son comunes en otras partes de esta nación archipiélago.
El jefe de la oficina gubernamental de Defensa Civil, Benito Ramos, atribuyó el numero alto de víctimas fatales en Mindanao «en parte a la falta de acción de las personas debido a que no se ubican en el camino usual de las tormentas» a pesar de que las autoridades advirtieron durante cuatro días que se aproximaba una tormenta.