Los dos candidatos favoritosa a la presidencia de Costa Rica, la oficialista Laura Chinchilla y el opositor Otto Guevara, celebraron este domingo mítines masivos en San José, poniendo fin a la campaña para las elecciones del domingo próximo.
En la principal arteria de la capital, el Paseo Colón, Chinchilla, favorita en las encuestas, congregó a unos 70.000 seguidores, según los organizadores, que ondeaban las banderas verdiblancas del Partido Liberación Nacional; una fuerza nominalmente socialdemócrata, pero tildada de centro-derecha por disidentes de la agrupación.
A pocos kilómetros de ahí, en el populoso suburbio de Desamparados, el segundo favorito en las encuestas, Guevara, del Movimiento Libertario (derecha) habló ante unos 3.000 seguidores que alzaban banderas rojas, al término de una caravana iniciada horas antes en San Ramón, en el occidente del país.
«No hay que desviarse sobre el camino costarricense, evitar los llamados del populismo de izquierda que hay en América Latina. No podemos detenernos y menos desviarnos del camino que es uno solo. Hay que ir hacia adelante», dijo Chinchilla.
«Tenemos que seguir defendiendo el medio ambiente, la paz. La lucha contra quienes nos despojan de la vida, de los bienes, de la dignidad será prioridad», agregó.
Por su parte, Guevara, alzando una escoba en su mano, declaró que «estamos enfrentando la corrupción de este gobierno. Estamos enfrentando al poder político, al poder económico, a la Casa Presidencial».
Ente los casos de corrupción mencionó el uso irregular de una avioneta policial por una diputada oficialista, a un ministro que firmó una concesión minera para una empresa de su familia, asesorías pagadas al margen del presupuesto y la compra secreta de bonos costarricenses por parte de China.
Unos 2,8 millones de costarricenses están habilitados para elegir al nuevo presidente, dos vicepresidentes, 57 legisladores y representantes municipales, en unos comicios cuyo ganador tomará el relevo en Casa Presidencial de Zapote del Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias.
Polítologa de 50 años y ex vicepresidenta de Arias, Chinchilla cuenta con el respaldo del partido más organizado y que ha dominado la política de Costa Rica en las últimas seis décadas.
Le sigue el abogado Guevara, que en este tercer intento de llegar a la presidencia de la democracia más antigua y estable de Centroamérica ha cambiado su discurso ultraliberal por uno centrado en la corrupción y en la inseguridad, uno de los problemas que más preocupa a los costarricenses.
Por su parte, Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (centroizquierda) y tercero en las encuestas, también cerró su campaña este domingo con una caminata en una zona al sur de San José.
Solís perdió la presidencia en el 2006 por escasos 18.000 sufragios ante Arias.
En un periodo de crisis económica que ha socavado el crecimiento registrado en los últimos años, la pobreza ha estado en el tapete de las discusiones y los tres aspirantes se comprometen a generar empleo atrayendo inversiones, fortalecimiento de las empresas pequeñas, fomentar la competencia y reducir los impuestos.
En la contienda compiten nueve candidatos pero solo Chinchilla, Guevara y Solís tienen opciones de conseguir la victoria o, de ser necesario, de ir a una segunda vuelta, que se efectuaría en abril.