Prestigiosos científicos han refutado las tesis de Al Gore, expuestas en el documento «Una verdad inconveniente», sobre los efectos catastróficos que ha provocado, o provoca o provocará un presunto calentamiento planetario, causado por la producción humana de dióxido de carbono. Tom Harris, Director del Proyecto de Guardianía de Recursos Naturales de Canadá, ha seleccionado algunas de esas refutaciones, entre ellas las que expongo en esta ocasión.
Refuta a Gore el científico del clima Chris de Freitas, profesor de la Universidad Auckland, de Nueva Zelandia: «Puedo asegurarle al señor Gore que ningún habitante de las islas del Pacífico Sur tendrá que huir a Nueva Zelandia a causa del incremento del nivel de los mares. De hecho, si Gore consulta los datos, se percatará de que el nivel de los mares disminuye en algunas partes del Pacífico.» Refuta a Gore el profesor Paul Reiter, de la Unidad de Insectos y Enfermedades Infecciosas, del Instituto Pasteur, de París, quien alude a la tesis de Gore de que los mosquitos que transmiten la malaria vuelan ahora a mayor altura, hasta llegar, por ejemplo, a las ciudades de Nairobi y Harara, a las cuales no llegaban: «Gore está completamente errado. Se ha comprobado que hay malaria a 2,500 metros de altura, y Nairobi y Harara están a 1,500 metros de altura. Las nuevas alturas de la malaria son menores que las de hace cien años. Ninguna de las denominadas 30 nuevas enfermedades son causadas por el calentamiento global.» Refuta a Gore el doctor Nils-Axel Mí¶rner, profesor emérito de paleogeofísica y geodinámica, de la Universidad de Estocolmo: «No hemos comprobado que ocurra un alarmante ascenso del nivel del mar, en Maldivias, Tovalu, Venecia y Golfo Pérsico…» Refuta a Gore el especialista en microclima forestal Rob Scagel, de Consultores Fitométricos del Pacífico, de Surrey, Colombia Británica, quien alude a la tesis de Gore de que el insecto llamado Gorgojo del Pino de Montaña, es una «especie exótica invasiva», que se ha convertido en una plaga a causa del calentamiento planetario: «Es una especie nativa de esta parte de América del Norte y está presente siempre. La epidemia comenzó con pequeños brotes y se expandió incontrolablemente por falta de administración forestal.» Refuta a Gore el doctor Gary D. Sharp, del Centro de Estudios del Clima y Recursos Oceánicos, de Salinas, California: «Los océanos tienden a una de sus fases periódicas de enfriamiento… Leves cambios de la temperatura no eliminarán los arrecifes coralíferos. Tampoco los eliminará un incremento del dióxido de carbono, que es una sustancia química fundamental que posibilita que los arrecifes coralíferos subsistan.» Refuta a Gore el doctor R. M. Carter, profesor del Laboratorio de Geofísica Marina, de la Universidad James Cook, de Townsville, Australia: «Las capas de hielo de Antártica y Groenlandia se expanden. La temperatura en el Polo Sur ha disminuido en más de un grado centígrado desde el año 1950; y el área de hielo marino en torno al continente ha aumentado durante los últimos 20 años.» Refuta a Gore el doctor Petr Chylek, profesor adjunto del Departamento de Física y Ciencia de la Atmósfera, de la Universidad Dalhousie, de Halifax, Nueva Escocia: En Groenlandia «el área de la capa de hielo se expande» y «quizá está próxima una nueva edad de hielo.» Post scriptum. Jan Veizer, climatólogo de la Universidad de Ottawa, afirma que un aumento del dióxido de carbono en la atmósfera, no es causa de un aumento de la temperatura planetaria.