Cien dí­as de gobierno


El presidente uruguayo José Mujica cumple hoy 100 dí­as en el poder con un amplio e inédito acuerdo con la oposición y una popularidad en torno al 60%, un dí­a antes de la primera huelga general parcial de su gobierno.


Con un acto en el que participaron dirigentes de todos los sectores polí­ticos, Mujica celebró el lunes acuerdos con la oposición en áreas consideradas clave -educación, seguridad, medioambiente y energí­a- y cerró un largo periodo de negociación para que por primera vez opositores integren los organismos de un Estado conducido por la izquierda.

«Tenemos que tener gestos de grandeza», dijo Mujica, destacando que «puede haber participación con feroz oposición. Solo tiene que haber un compromiso común».

Los acuerdos fueron considerados «inéditos» y «esperanzadores» por todos los participantes.

Hay que remontarse a 1985, al primer gobierno de Julio Marí­a Sanguinetti (1985-1990), luego de la salida de la dictadura militar (1973-1985) para encontrar una participación de polí­ticos de la izquierda en algunos organismos estatales.

«Por primera vez en muchos años los dos bloques que integran la polí­tica uruguaya han podido ponerse de acuerdo para coparticipar en la gestión y en algunas polí­ticas generales», destacó el politólogo Adolfo Garcé.

«Uruguay tiene una larga tradición de coparticipación que después de la dictadura se habí­a ido perdiendo», dijo Garcé, y destacó este «clima de acuerdos que logró construir» Mujica como lo más interesante de sus primeros 100 dí­as en el gobierno.

Mujica, un ex guerrillero que lidera el segundo gobierno consecutivo de izquierda en Uruguay, puede ostentar una aprobación de su gestión de entre 55% y 63%, según las encuestadoras Fáctum y Equipos Mori, respectivamente, cifras mayores al 52,3% de la población que lo llevó a la Presidencia en noviembre de 2009.

«Lo que más destaca la gente al ser consultada es este clima de convocatoria a la oposición», indicó Ignacio Zuasnábar, de Equipos Mori, quien opinó que aún se mantiene la «luna de miel» con los opositores.

Para el analista polí­tico Daniel Buquet, sin embargo, el presidente «no parece haber aprovechado» este periodo de luna de miel para poner a funcionar importantes reformas, como la de la vivienda y a la del Estado.

Buquet dijo al diario El Observador que se observan «muy pocos resultados» si se compara con gobiernos anteriores, medido en cantidad de decretos y proyectos de ley.

Garcé coincidió en que comparado con el inicio del gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010), el primer presidente de izquierda en la historia de Uruguay, Mujica «parece haber tenido mucho menos capacidad para concretar, parece que todo está en borrador; la agenda de Vázquez era muy clara».

Un problema adicional es que a diferencia de su antecesor, «Mujica tiene una tendencia natural a sobreexponerse, a participar del debate público, lo que puede desgastar mucho su imagen».

El estilo informal y lenguaje llano que le dio popularidad al mandatario es también cuestionado cuando se consulta a la población. «Habla demasiado, a veces es contradictorio en sus posturas, impulsa muchos temas en paralelo», estimó Zuasnábar, y estimó que esto es una «luz amarilla» o «amenaza latente» para el gobierno.

«Mientras a la economí­a le vaya bien, mientras el desempleo permanezca bajo, es poco probable que esta caracterí­stica pueda convertirse en una amenaza real, pero si esta situación se modifica sí­ podrí­a serlo», opinó Zuasnábar.

El miércoles está previsto el primer paro nacional parcial del gobierno de Mujica, en la primera pulseada que plantea el movimiento sindical de cara al primer proyecto de presupuesto quinquenal que prepara el gobierno.

La intensidad con la que comenzó su gestión no le salió gratis a Mujica, de 75 años, que en mayo admitió sufrir estrés y tener problemas para dormir, lo que lo obligó a frenar su actividad.