Cien años de «todas las sangres»


José Marí­a Arguedas Altamirano (Andahuaylas, 18 de enero de 1911 - Lima, 2 de diciembre de 1969), fue un escritor, antropólogo y etnólogo peruano. FOTO LA HORA: INTERNET

Una semana de actividades culturales y actos comienza para celebrar y reivindicar el legado del escritor peruano, al cumplirse el centenario de su nacimiento.


Exposiciones, coloquios y homenajes reivindican esta semana, al cumplirse hoy los 100 años de su nacimiento, la figura de José Marí­a Arguedas no sólo como escritor sino como uno de los que más trabajó por la cultura andina y para reivindicar lo que él llamó un Perú de «todas las sangres».

Aunque la calidad de su prosa lo convierten en uno de los mayores escritores peruanos del siglo XX, el legado de Arguedas, un mestizo blanco con una sensibilidad netamente quechua que terminó suicidándose a los 58 años, va mucho más allá de lo meramente literario.

Si con sus novelas y ensayos logró hacer visible y comprensible el mundo andino en un tiempo en el que la cultura occidental lo menospreciaba como salvaje y atrasado, sus aportaciones como etnólogo (fue un gran recopilador de tradiciones orales y artí­sticas milenarias) y antropólogo no se quedan atrás.

Nacido en la andina Andahuyalas (sur andino) el 18 de enero de 1911, Arguedas fue el encargado de dar a conocer a la costa peruana, donde residí­a el poder polí­tico y económico, el valor de la cultura andina, que durante siglos habí­a permanecido despreciada. «Arguedas nombra el Perú de «todas las sangres» (tí­tulo de una sus novelas); apunta a representar un paí­s donde las distintas culturas y clases se reconcilien bajo la igualdad», señaló el profesor Ví­ctor Vich en una entrevista a la revista de la Universidad Andina Simón Bolí­var.

El autor de «Los Rí­os Profundos» recorrió la agreste geografí­a del interior de Perú recopilando música, que grabó para el Ministerio de Educación, y ayudando a salvar danzas y tradiciones, las mismas que logró llevar hasta plazas y teatros. «Iba a los coliseos a decir cómo tení­an que presentarse, sin avergonzarse del quechua, ni de sus trajes tí­picos que, por el contrario, eran causas de orgullo, parte de nuestra identidad cultural», señala el reconocido interprete de charango (pequeña

guitarra andina) Jaime Guardia a la revista semanal «Somos».

Todo este trabajo de Arguedas ha servido de referencia para artistas de todos los ámbitos, como siempre hace el pintor Fernando de Syszlo, máximo exponente del arte vanguardista peruano y uno de los mejores amigos del escritor, al recordar que fue él quien le hizo ver la importancia del arte popular andino.

Para celebrar y reivindicar este gran legado se han preparado esta semana todo tipo de actividades, desde exposiciones colectivas como «Arguedas Hoy», que reúne creaciones de jóvenes artistas alrededor del tema de un Perú pluricultural, a coloquios como la mesa redonda «Modernidad y tradición en la obra de José Marí­a

Arguedas», que se realiza el jueves en la Biblioteca Nacional.

Los actos centrales, sin embargo, tendrán lugar mañana, cuando la plana mayor de la polí­tica peruana se reúna en el Congreso para un homenaje al que no faltarán el presidente de Perú, Alan Garcí­a, la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, y el ministro peruano de Cultura, Juan Ossio.

La ciudad de Andahuaylas, por su parte, no esperó hasta mañana para iniciar las celebraciones y desde ayer las autoridades locales lanzaron un largo programa de actividades que incluyen lecturas de la obra del escritor, una misa en quechua y manifestaciones culturales.

Como colofón de fiesta, la plaza de armas de la ciudad será el escenario en la noche del martes de la serenata «Todas las voces y todos los cantos», una celebración con música y danza tradicional como las que el propia Arguedas frecuentaba para bailar, reí­r y contar chistes en quechua.

OBRA Narrativa


La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende unos 400 escritos, entre creaciones literarias (novelas y cuentos), traducciones de poesí­as y cuentos quechuas al español, trabajos monográficos, ensayos y artí­culos sobre el idioma quechua, la mitologí­a prehispánica, el folclore y la educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana.

La circunstancia especial de haberse educado dentro de dos tradiciones culturales, la occidental y la indí­gena, unido a una delicada sensibilidad, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio nativo, con la que se identificó de una manera intensa.

En Arguedas, la labor del literato y del etnólogo no está nunca totalmente disociada; incluso, en sus estudios más académicos encontramos el mismo lenguaje lí­rico que en sus narraciones.

La importancia fundamental de este escritor ha sido reconocida por crí­ticos y colegas peruanos suyos como Mario Vargas Llosa, quien llegó a dedicarle a su obra el libro de ensayos titulado «La utopí­a arcaica». También Alfredo Bryce Echenique ha colocado las obras de Arguedas entre los libros de su vida.

Con el paso de los años, la obra de Arguedas ha venido cobrando mayor relieve, pese a que todaví­a es poco conocido fuera del Perú.

Aunque no fue diestro en el manejo de las técnicas narrativas modernas, su literatura (basada especialmente en las descripciones) supo comunicar con gran intensidad la esencia de la cultura y el paisaje andinos. A continuación, una lista de sus creaciones literarias en prosa:

1935 – Agua. Los escoleros. Warma kuyay. Libro de cuentos. Segundo premio en el concurso internacional promovido por la Revista Americana de Buenos Aires. Traducida al ruso, alemán, francés e inglés por La Literatura Internacional, de Moscú.

1941 – Yawar Fiesta. Novela. Revisada en 1958.

1953 – La muerte de los hermanos Arango. Cuento. Primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuento en México.

1954 – Diamantes y pedernales. Novela.

1958 – Los rí­os profundos. Novela. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1959. Fue reeditada en 1978 por la Biblioteca Ayacucho de Caracas con prólogo de Mario Vargas Llosa.

1961 – El Sexto. Novela. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962.

1962 – La agoní­a de Rasu í‘iti. Cuento.

1964 – Todas las sangres. Novela.

1965 – El sueño del pongo. Cuento.

1967 – Amor mundo y todos los cuentos. Libro de cuentos.

1971 – El zorro de arriba y el zorro de abajo. Novela que dejó inconclusa y que fue publicada póstumamente. En sus páginas traza una explicación de la crisis que lo llevó al suicidio.

1973 – Cuentos olvidados. Compilación póstuma de cuentos.